En esta serie NHL.com/es estará repasando la historia de cada uno de los 32 equipos de la NHL. Esto es lo que todo aficionado debe saber acerca de su club. El equipo en turno son Edmonton Oilers.
La franquicia de los Edmonton Oilers es una de las más espectaculares en la historia de la NHL. Son la última gran dinastía del hockey canadiense. En la década de los 80 tomaron a la liga por tormenta al revolucionar de manera explosiva el juego ofensivo. Es un equipo que ha contado con una enorme cantidad de talento de élite a lo largo de su historia.
La historia de los Oilers comenzó en 1971, cuando el promotor deportivo y exjugador canadiense William “Wild Bill” Hunter, junto con su socio el Dr. Charles A. “Chuck” Allard, fundaron el club en Edmonton, Alberta, Canadá, dentro de la naciente World Hockey Association (WHA). Compitieron en esta liga hasta 1979, cuando junto con los Hartford Whalers, Quebec Nordiques y Winnipeg Jets se incorporaron a la NHL.
Edmonton no tardó mucho en convertirse en una potencia de la liga. En apenas su cuarta temporada llegaron a su primera Final de la Stanley Cup, aunque fueron barridos en cuatro juegos por la dinastía dominante de ese momento, los New York Islanders.
Sin embargo, en la temporada 1983-1984, bajo la dirección del entrenador Glen Sather, iniciaron una etapa histórica en la que los Oilers ganaron cinco campeonatos de la Stanley Cup en siete años. Estos equipos estuvieron liderados por figuras como Wayne Gretzky, Mark Messier, Grant Fuhr, Jari Kurri, Glenn Anderson, Paul Coffey, Kevin Lowe, entre otros.
Para empezar ganaron las Finales de 1984, 1985, 1987 y 1988. La temporada regular 1985-1986 fue extraordinaria para Edmonton y el tricampeonato parecía inminente. Alcanzaron 119 puntos, empatando su récord de la temporada 1983-1984. Sin embargo, en los Playoffs solo llegaron hasta la segunda ronda, donde fueron eliminados por su acérrimo rival, los Calgary Flames, de una forma muy dolorosa. El Juego 7 se definió cuando Steve Smith, defensa de los Oilers, anotó un autogol. El novato intentó despejar el disco desde detrás de su propia portería, pero lo rebotó accidentalmente en el patín del guardameta Fuhr, enviándolo a su propia red para el marcador final de 3-2 en contra.
El poder ofensivo de los Oilers en los 80 fue impresionante; eran una auténtica máquina de goles. En la temporada 1981-1982 se convirtieron en el primer equipo de la NHL en anotar 400 goles en una campaña. Lograron esta cifra en cinco temporadas consecutivas, alcanzando su máximo en 1983-1984 con 446 goles, récord que aún se mantiene en la liga. Ese equipo promedió 5.58 goles por partido, otra marca histórica de la NHL. Además, los Oilers de 1983-1984 y 1985-1986 contaron con tres jugadores de 50 goles y cuatro jugadores con más de 100 puntos, ambos récords de la liga.
En 2017, tras una votación pública organizada por la NHL, el equipo de 1984-1985 fue elegido como el mejor de todos los tiempos en la historia de la liga. En esos Playoffs, Gretzky estableció récords de la NHL con más asistencias (30) y más puntos (47) en una sola postemporada. Por su parte, Coffey impuso marcas históricas para un defensa con 12 goles, 25 asistencias y 37 puntos, mientras que Kurri anotó 19 goles, empatando el récord de más goles en una sola postemporada.
Después del campeonato de 1988, Edmonton realizó un movimiento que sacudió a la ciudad y al mundo del hockey. Los Oilers traspasaron a Wayne Gretzky a los LA Kings. Muchos pensaron que ese sería el fin del dominio del equipo; sin embargo, aún quedaba talento suficiente para un título más. Liderados por el capitán Mark Messier, junto con Bill Ranford, Martin Gelinas, Adam Graves y Joe Murphy, los Oilers ganaron la Stanley Cup de 1990. En las dos temporadas siguientes llegaron a la Final de la Conferencia Oeste, pero esa sería la conclusión de la época dorada del club.























