Florida Panthers Brad Marchand and Bobrovsky

Es la Final de la Stanley Cup. El escenario más alto del hockey y el epicentro del deporte. Por supuesto que el duelo entre los dos mejores equipos de la NHL traspasa las duelas en donde se desarrolla la acción.

De allí la importancia de los cuerpos técnicos de intentar mantener hermético el vestuario, evitando que cualquier tipo de distracción pueda afectar a los protagonistas, influyendo en el juego real, el que se disputa, en esta oportunidad, en el Rogers Place y en la Amerant Bank Arena.

Y en el caso de los Panthers, después de tomar ventaja de 2-1 en la Final de la Stanley Cup tras un triunfo contundente en el Juego 3, evitar ese ruido externo —e incluso interno, en lo mental— es fundamental para mantener el enfoque, ahora que el club se encuentra a dos triunfos de alzar la Stanley Cup por segundo año consecutivo.

EDM@FLA Juego 3: Los Panthers se escapan para tener ventaja de 2-1 en la serie

Sin embargo, el ruido exterior es inevitable. Las narrativas dominan la conversación de cara al crucial Juego 4: se debate si unos Oilers frustrados podrían cambiar de portero; se analiza cada declaración en busca de una grieta en el campamento rival. Pero si alguien espera que los Panthers participen en ese juego de especulaciones, está perdiendo el tiempo. Desde su vestidor, la respuesta es unánime y contundente: el enfoque es absoluto y exclusivamente en ellos mismos.

"No tenía idea [de la indecisión del portero rival], y la verdad es que tampoco me importa", afirmó el delantero Brad Marchand con total franqueza. "Ninguna de esas cosas significa nada en este vestidor. Se habla mucho de lo que ellos están haciendo. A nosotros no nos importa. Estamos preocupados por nuestro equipo, nuestra estructura, nuestros detalles. Lo que ellos hagan es su decisión... Nosotros nos vamos a preocupar por lo que pasa en el nuestro".

Esa mentalidad es compartida por todo el grupo. La estrategia no es reaccionar a lo que haga Edmonton, sino ejecutar su propio plan.

"Obviamente, ellos van a recuperarse. Son un equipo muy, muy bueno", reconoció el delantero Jonah Gadjovich. "Pero al final del día... simplemente nos enfocamos en nosotros y en nuestro juego. Eso es todo para lo que tenemos tiempo, y ese tiene que ser nuestro enfoque principal".

Esta capacidad de aislarse de las distracciones no significa que haya tensión en el ambiente de los Panthers. Todo lo contrario. La preparación para un partido tan importante como el del jueves se ha basado en mantener las cosas relajadas, una cultura que, según los jugadores, ha sido clave en su éxito sostenido.

"Creo que eso ha evolucionado con los años", explicó el delantero Sam Bennett. "Nos hemos vuelto cada vez más relajados en el vestidor y alrededor de la pista. Somos un equipo muy unido... y creo que simplemente descubrimos que eso nos funciona: mantenerse relajado, hacer bromas, tratar de estar lo más tranquilos posible".

El defensa Aaron Ekblad coincide, y asegura que no es una pose para la final, sino su forma de ser durante toda la campaña. "Así somos nosotros todo el año", comentó. "Intentamos mantener un ambiente relajado hasta que llega el momento de trabajar, ¿sabes? E incluso cuando estás trabajando, lo mantienes relajado. Este es un juego que se supone que debes disfrutar".

Esta cultura es cultivada y permitida por el entrenador Paul Maurice, quien entiende el desgaste de una larga postemporada y la importancia de la salud mental y emocional de sus jugadores.

"Si trabajas tan duro como puedes, no queda nada más por hacer. ¿Por qué estarías de mal humor entonces?", reflexionó Maurice. "Tienes que ser capaz de encontrar momentos en los que puedas reírte un poco y disfrutar. Una vez que sabes que todos van a trabajar al máximo, entonces es fácil hacerlo".

La práctica del equipo el día previo al Juego 4 fue un reflejo de esa filosofía. No se trató de una sesión extenuante, sino de un trabajo enfocado en la recuperación y en mantenerse a punto.

"Creo que ahora mismo se trata de obtener lo que necesitas", explicó el defensa Gustav Forsling. "Pienso que todos aquí están bien entrenados. No tenemos que salir y patinar demasiado fuerte. Se trata más de la recuperación y de estar a punto".

Con esta mentalidad, los Panthers no planean hacer cambios drásticos en su enfoque o su alineación. Confían en la fórmula que los ha traído hasta aquí, a solo dos victorias del campeonato. "Ciertamente no cambiaremos nada para este partido", sentenció Bennett. "Ya sea el Juego 1 o el Juego 7, jugamos el mismo estilo, jugamos igual de duro. No nos echamos para atrás".

Mientras el mundo del hockey especula sobre las posibles respuestas de los Oilers, los Panthers se preparan en su propia burbuja, una construida con confianza, trabajo duro y una notable capacidad para disfrutar el momento. Es la "filosofía Panther", una que, según ellos, es su mayor fortaleza para afrontar la inmensa presión de la Final de la Stanley Cup.

Contenido Relacionado