Puente hacia el hielo: Admiración por el hockey y los Golden Knights
Cuando se le pregunta por el deporte de los patines y el disco, Dulorme responde con una mezcla de respeto y curiosidad. Le gusta la energía, el choque, la velocidad. “Es una guerra en el hielo y eso me gusta”, afirma con una sonrisa. Para él, los Vegas Golden Knights representan un espíritu que entiende perfectamente. “Ellos nacieron y rápidamente se ganaron el respeto del mundo, como guerreros. Eso me identifica, porque en mi carrera también tuve que pelear contra todo y ganarme cada oportunidad.”
Dulorme admira la complejidad física del hockey. “Es un deporte que combina patinaje sobre hielo, velocidad, empujones, coordinación visual e inteligencia.” Pero lo que realmente destaca es la fortaleza mental que exige. “Tú puedes tener fuerza, técnica y velocidad, pero si tu mente no es fuerte, no vas a durar. La mente es la que te dice ‘uno más’ cuando el cuerpo ya se rindió.”
Basado en una carrera exitosa, Dulorme nos promueve las peleas en el hockey, pero si destaca la agresividad con la que los jugadores persiguen el disco y protegen a cada uno de sus compañeros. “Luchar con patines es como pelear en otro mundo, necesitas equilibrio, reflejos y coraje.” Y agrega: “El boxeo ayuda mucho. Te da coordinación, tiempo de reacción y mentalidad de fuego. Si un atleta aprende a mantenerse frío mientras todo alrededor se mueve rápido, ya tiene la ventaja.”
Y si Dulorme pudiera jugar hockey, tiene claro cuál sería su rol. “Sería defensa o portero, sin pensarlo”, admite. “Me gusta proteger, aguantar el golpe y seguir firme.” Habla como quien ve en esas posiciones una extensión de su espíritu: resistir, absorber, defender. “En la vida, como en el ring o en el hielo, los verdaderos campeones no huyen del golpe, lo enfrentan.”
La identidad hispana como fuerza imparable
Si hay algo que define a Thomas Dulorme más que el boxeo, es su identidad hispana. Habla de ella con orgullo, con fuego, con una convicción que solo tiene quien ha vivido cada escalón del sacrificio. “Los hispanos somos lo más apasionado que hay en el mundo del deporte”, asegura con emoción. Su infancia en República Dominicana y su crecimiento en Puerto Rico le dieron una perspectiva única sobre lo que significa resistir y avanzar. “El corazón del hispano está hecho para resistir”, afirma.
Por tal razón, al ser consultado sobre por NHL Español, sobre el crecimiento del hockey en la comunidad latinoamericana, el pugilista no duda de la aceptación de la disciplina en ese público. “Claro que puede crecer. Nos encanta el contacto, la competencia, y dejarlo todo. Si el hockey llega a los barrios latinos, te aseguro que no solo va a crecer, va a explotar.” Lo dice con tanta convicción que no deja espacio para el escepticismo. Y lo explica con una frase que parece ser su filosofía de vida: “Cuando un hispano ama algo, lo convierte en una pasión mundial.”
Dulorme no se ve solo como un boxeador. Se ve como un puente. Como un hombre que puede representar una historia que también pertenece a millones de latinos debido a su carácter de lucha que le ha permitido labrar una carrera que encaja de manera intensa con el espíritu del hockey: resistir, pelear, levantarse. Y en esa conexión, dos mundos tan distintos encuentran el mismo idioma, el del corazón indestructible.