FLA Feature 6.17

No es solo porque el comisionado de la NHL, Gary Bettman, lo haya dicho antes de entregar la Stanley Cup este martes tras la conclusión de la Final de 2025 en la Amerant Bank Arena al capitán de los Florida Panthers, Aleksander Barkov, pero tiene razón: es el trofeo más difícil de ganar en el deporte.

En una NHL tan competitiva, con 32 franquicias, 82 duros partidos de temporada regular que incluyen en ocasiones giras largas y viajes extenuantes, para tener el derecho a jugar cuatro rondas de playoffs, y rematar con una serie por el título con el cansancio acumulado, los golpes a flor de piel, pero con el espíritu y la ilusión de ganar intactas.

“Ganar esto es mucho más difícil de lo que pensé, y además ganarlo dos veces”, declaró Sam Bennett, ganador del Conn Smythe Trophy como MVP de los Playoffs de la Stanley Cup. “Es decir, nos esforzamos demasiado para lograrlo. Estoy muy orgulloso de este grupo. Es increíble el equipo que tenemos aquí. Es la mejor sensación del mundo. No sé cómo describirla de otra manera”.

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A ese respecto, después de levantar la Copa y en las entrevistas posteriores al colofón de la temporada, algunos jugadores de los Panthers pudieron divulgar que estaban jugando mientras contenían las lágrimas por el dolor y los estragos de las lesiones.

Por ejemplo, Tkachuk dijo que jugó con una hernia deportiva y un desgarre muscular en el mismo lado del cuerpo. Barkov tuvo que lidiar con molestias de un corte en la mano y por eso su producción se vio seriamente disminuida, mientras que Sam Reinhart, quien regresó después de un esguince de ligamento colateral medial de grado 2, no estaba al 100 por ciento.

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Desde 1967, cuando inició la era de la expansión de la NHL, solamente ocho franquicias han sido capaces de ganar de manera consecutiva el majestuoso trofeo y solo dos, desde entonces, lo han ganado en más de dos ocasiones seguidas.

Los Philadelphia Flyers (1974 y 1975), los Montreal Canadiens (1976, 1977, 1978 y 1979), los New York Islanders (1980, 1981, 1982 y 1983), los Edmonton Oilers (1984 y 1985; 1987 y 1988), los Pittsburgh Penguins (1991 y 1992; 2016 y 2017), los Detroit Red Wings (1997 y 1998) y el Tampa Bay Lightning (2020 y 2021), forman parte del club al que se acaban de unir los Panthers.

Una de las razones por las que los Panthers han llegado en tres temporadas consecutivas a la Final de la Stanley Cup se debe a que han apretado los botones correctos en varias áreas, pero este año quizás la de los refuerzos ha sido una muy brillante y acertada.

La llegada del defensa Seth Jones, procedente de los Chicago Blackhawks y adquirido en un cambio el 3 de marzo por el portero Spencer Knight, y quizás el más impresionante (e inesperado) de todos los movimientos, el arribo del veterano delantero Brad Marchand, quien llegó en un canje el 7 de marzo con los Boston Bruins, equipo con el que pasó 16 temporadas.

“Como he dicho muchas veces, estoy intentando disfrutar el momento. Es un grupo muy especial, y me estoy divirtiendo mucho”, dijo Marchand, quien ha anotado 10 veces en esta postemporada, con seis de sus goles en la Final. “A veces es así. A veces la suerte te sonríe. A veces no”.

Marchand Cup

No miren ahora, pero los dos últimos equipos capaces de coronarse de manera consecutiva en la NHL son del estado de Florida, confirmando que bajo el sol y la humedad del sureste estadounidense los equipos de hockey sobre hielo también son capaces de dejar su huella en el juego.

Pudiera ser impopular el estilo de juego de los Panthers, pero hay dos enfáticas consideraciones acerca del equipo de Florida que son realmente irrefutables: se han convertido en el estándar de la liga y en el equipo a vencer, pero también en una dinastía.

“Se siente completamente diferente”, dijo Marchand. “Tengo mucho más respeto y aprecio por lo difícil que fue llegar hasta aquí, lo difícil que es y la cantidad de cosas que necesitan salir bien para ganar. Hay tantos equipos excelentes en la Liga y se habla mucho de que este chico se lo merece, aquel chico se lo merece, y quieres ver ganar a ciertos jugadores. Pero todo tiene que encajar a la perfección. Mi situación es un ejemplo perfecto de eso. No debería haber estado aquí. Pero salió bien, y lo estoy disfrutando mucho”.

Algunos de los rasgos que tuvo este bicampeonato para Florida rozan en el tipo de cosas que el resto de los equipos envidian, porque son las que marcan una clara diferencia en las etapas decisivas de la temporada.

Como la profundidad. Los Panthers tuvieron 19 anotadores distintos y se convirtieron en el sexto equipo ganador de la Stanley Cup en la historia de la NHL con la misma cantidad, después de los Blues de 2019 (20), los Devils de 1995 (20), los Penguins de 1991 (20), los Oilers de 1984 (20) y los Oilers de 1987 (19).

Fueron también unos ‘gatos cardiacos’. Florida registró récord de 12-4 desde que enfrentaron una desventaja de 2-0 en la serie en la Segunda Ronda y superaron a sus oponentes por un margen combinado de 68-35 durante ese periodo. Los Panthers fueron el tercer equipo en la historia de la NHL en remontar una desventaja de 2-0 en una serie para convertirse en bicampeones, después de los Penguins de 1992 y los Canadiens de 1966.

¿Lejos de casa? No hay problema. Como auténticos ‘guerreros de la carretera’, los Panthers igualaron un récord de la NHL de más victorias como visitantes (10-3), establecieron un récord de la NHL de más goles como visitantes (61) y registraron un promedio de 4.69 goles por partido, el más alto en la historia de un equipo que jugó al menos 10 partidos como visitante.

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