Nate Schmidt Cup

Nate Schmidt fue el primer jugador de los Florida Panthers en recibir la Stanley Cup de manos de su capitán, Aleksander Barkov, tras la victoria sobre los Edmonton Oilers 5-1 en el sexto partido de la final de la Stanley Cup en el Amerant Bank Arena el martes.

Es la segunda corona consecutiva de los Panthers, tras derrotar a los Oilers en siete partidos el año pasado. La temporada pasada, el portero Sergei Bobrovsky, fue el primero en recibir la copa en manos de Barkov.

Después de que el comisionado de la NHL, Gary Bettman, le entregara la copa a Barkov, el capitán de los Panthers se la pasó a Schmidt, quien es uno de los jugadores que se incorporó al equipo en esta temporada.

EDM@FLA, SCF J6: Barkov alza la copa y la pasa a Schmidt

Schmidt llegó a la NHL en la temporada 2013-14, firmando como agente libre, debido que nunca fue seleccionado en el Draft de la NHL. El defensa totalizó 12 puntos en la postemporada, estableciendo una nueva marca personal, gracias a tres goles y nueve asistencias, siendo otro récord individual. El jugador de 33 años vio acción en 80 partidos de la ronda regular, siendo la mayor cantidad de su carrera de 12 campañas.

Pareció que esta vez, la temática fue pasar la copa a las nuevas caras de la franquicia y es que después de Schmidt el orden fue el siguiente: Seth Jones, Tomas Nosek, Vitek Vanecek, A.J. Greer, Jesper Boqvist, Mackie Samoskevich, Uvis Balinskis, Jaycob Megna, Evan Cormier, quien eventualmente entregó el trofeo a Sergei Bobrovsky y éste lo pasó a Brad Marchand, siendo estos dos últimos, los dos más ovacionados en ese momento.

Esquivando las ratas que le fueron lanzadas, Marchand, pasó la copa a Dmitry Kulikov, quien se la dio a Aaron Ekblad, el segundo jugador más antiguo de la franquicia y quien podría convertirse en agente libre sin restricciones. Sam Reinhart fue el próximo con la copa, luego Matthew Tkachuk, Gustav Forsling, Carter Verhaeghe, Evan Rodrigues, Niko Mikkola, Eetu Luostarinen, Anton Lundell, Jonah Gadjovich, Nico Sturm, el gerente general Bill Zito, el dueño del equipo Vincent Viola, quien cerró el acto entregando el trofeo al entrenador Paul Maurice, quien con los ojos cerrados besó la Stanley Cup.

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