Para ganar dos campeonatos consecutivos y participar en tres Finales de la Stanley Cup en fila, se necesita que una enormidad de factores engranen al mismo tiempo. Sin embargo, puede que para los Florida Panthers, el aspecto físico haya sido uno de los puntos más importantes en la dinastía que están formando en el Sur de Florida.
Ahora, cuando salgan en busca de un tricampeonato en la campaña 2025-26, cuando tengan que batallar sin dos de sus pilares por buena parte del año —con Matthew Tkachuk fuera hasta al menos diciembre y el capitán Aleksander Barkov en duda incluso para volver en algún punto de la temporada— esa fortaleza física que pueda aportar el colectivo del grupo dirigido por Paul Maurice, será más importante que nunca para mantener el nivel élite en Sunrise.
Dicho esto, y desde el punto de vista del resto de la liga, se encuentra una pregunta estratégica fundamental, sabiendo que el éxito de los Panthers se ha construido sobre una base de agresividad abrumadora y estructurada. Esto plantea un dilema para el resto de la liga: para detener el tricampeonato, ¿se debe igualar la brutalidad de Florida en su propio juego, o existe un camino más sutil hacia la victoria?
La piedra angular de la identidad de los Panthers es la filosofía inculcada por el entrenador Paul Maurice: hacer que el agotador estilo del hockey de postemporada sea el estándar operativo diario del equipo.























