La experiencia es un aspecto invaluable en la postemporada. ¿La razón? Sólo basta con ver lo ocurrido en el Juego 1 de la Final de la Conferencia Oeste entre los Dallas Stars y los Edmonton Oilers.
Claro, en este caso ambos conjuntos tienen su dosis de experiencia; al final, fueron ellos los que chocaron en esta misma instancia el año pasado, con Edmonton sacando la mejor parte. Sin embargo, Dallas, que disputa la Final de Conferencia por tercera edición consecutiva, demostró un temple de acero en el primer compromiso, revirtiendo un marcador adverso con una increíble reacción en el tercer período para llevarse el Juego 1 por 6-3 el miércoles en el American Airlines Center.
A pesar de ello, los fantasmas de las eliminaciones en las últimas dos campañas —perdiendo en ambas ocasiones el Juego 1— parecieron sobrevolar durante buena parte del encuentro, especialmente cuando los Oilers tomaron ventaja de 3-1 al llegar el segundo intermedio.
Eso, hasta que llegó la imponente respuesta de los dirigidos por Pete DeBoer: cinco goles en el último tramo, incluyendo tres en situación de Power Play —un factor crucial considerando su inefectividad (de 14-0) en esa faceta contra este mismo rival en la final del Oeste del año pasado.