En los últimos años, los Florida Panthers se han convertido en el estandarte de la NHL. Basta con mirar la trayectoria del club en la última década, para determinar el porqué. Fue en ese tiempo cuando se construyeron las bases que han resultado en tres participaciones consecutivas en la Final de la Stanley Cup, incluyendo los últimos dos títulos — los primeros en la historia de la franquicia fundada en 1993.
Sin embargo, eso es solo la punta del iceberg. Por supuesto que los resultados son el factor más importante, pero sería injusto limitar los esfuerzos de los Panthers únicamente en lo ocurrido en el hielo. Es que de eso se trata cuando se habla de “equipos generacionales”. Esos que marcan un antes y un después en la comunidad.
Y, claro, cuando se habla del Sur de Florida, el impacto de la comunidad latinoamericana es innegable, y para Florida, el introducir sus raíces en esos mercados ha sido uno de los objetivos principales en los últimos años.
Esta conexión no es una coincidencia afortunada, sino el resultado de una estrategia deliberada y, como la describe John Colombo, Vicepresidente de Relaciones Comunitarias y de la Fundación de los Panthers, un trabajo lleno de “intencionalidad”. La organización entiende que para construir un legado duradero en una región tan diversa, no basta con ganar; hay que salir de la arena y formar parte del tejido social.
“Lo más importante es que tienes que ir a donde está la gente; no puedes esperar que siempre vengan a ti”, explicó Colombo, resumiendo la filosofía proactiva del equipo. “Hemos trabajado con la ciudad de Hialeah y con todo el Sur de Florida, en lo que llamamos nuestras ‘¡Vamos Gatos! Block Parties’, que son básicamente eventos para tomar el control en la comunidad y tener la oportunidad de conectar”.






















