Hay triunfos que parecen valer un boleto a los Playoffs de la Stanley Cup. Los Ottawa Senators obtuvieron uno de ellos el jueves.
No sólo derrotaron a los Detroit Red Wings, uno de los equipos inmersos en la misma lucha por el Comodín del Este, sino que lo hicieron exhibiendo una cualidad crucial para la postemporada: la capacidad de sufrir y ganar sin jugar su mejor hockey.
Ottawa no tuvo su mejor partido. Muy lejos de ello. Incluso podría decirse que Detroit los dominó, en especial en el inicio del compromiso cuando perdieron la batalla de disparos 16-8 y además cometieron hasta cinco penalidades. Pero los Senators mostraron esa valiosa cualidad de ‘saber sufrir’ y, a pesar de las adversidades, lograron anotaron dos tantos en ese primer período.
El corazón de esa resistencia fue su unidad de neutralización de penalidades. La tarea era monumental: enfrentar al explosivo Power Play de Detroit, el tercero más eficaz de toda la NHL con un 29.1% de éxito, con el equipo de neutralización de Ottawa ubicada en el puesto 19no (77.1%). Sin embargo, desafiaron las estadísticas. Los jugadores encargados de esta tarea mostraron una cohesión notable, presionando en la zona neutral y bloqueando líneas de pase cruciales, logrando neutralizar las cinco oportunidades iniciales de Detroit. Este esfuerzo terminó cambiando el rumbo del partido.






















