En la jornada del jueves de la NHL, los Detroit Red Wings se sacudieron la malaria. El conjunto de la Ciudad Motor venció 4-2 a los Montreal Canadiens en casa, en la Little Caesars Arena, para romper con una racha perdedora de tres partidos. También habían caído en cuatro de sus cinco juegos previos.
"Me gustó nuestro inicio. Creo que todos entraron en el juego rápidamente”, dijo el entrenador en jefe de los Red Wings, Todd McLellan. “Fuimos agresivos y nos vimos rápidos. Desafié al grupo antes del partido porque, como parte del análisis previo, estaban los dos juegos que habían jugado contra Montreal antes de Navidad. En esos partidos nos vimos más lentos y un poco indecisos. Quería que nos dieran una pauta sobre si habíamos progresado. Creo que fuimos agresivos, jugamos con más rapidez y velocidad”.
Fue especial en lo personal para Dylan Larkin. El capitán de Detroit jugó su partido número 700 en la NHL. Celebró colectando un gol y una asistencia; logró su duodécimo partido de la temporada con múltiples puntos y extendió su racha de puntos a tres encuentros consecutivos.
"Fue un gran triunfo para nosotros y una noche memorable para mí", expresó Larkin. "Creo que será memorable por la forma en que jugamos, y ojalá podamos construir a partir de esto. Volver a casa después de ese reciente viaje de cuatro partidos y enfrentarnos a un equipo contra el que no jugamos bien antes de Navidad, tener una noche así es increíble para nuestro equipo”.