En ocasiones, pareciera que Connor McDavid se despierta decidido a recordarle al mundo por qué es el mejor jugador de hockey del mundo.

Quizás por la costumbre de verlo brillar noche tras noche en los hielos de la NHL o tal vez por las inconsistencias mostradas en esta campaña por los Edmonton Oilers, su acostumbrado nivel estelar podría caer en lo rutinario. Pero, de nuevo, noches como la que tuvo el jueves ante los Detroit Red Wings sirven como recordatorio de lo afortunados que son los aficionados de hockey que hoy lo siguen diariamente en la actualidad.

E incluso, a nivel colectivo, Edmonton también aprovecha para recordar que aún siguen siendo los bicampeones de la Conferencia Oeste, incluso en los altibajos.

McDavid parece haber incrementado su nivel para ayudar a levantar a su equipo en los últimos días. Y lo está logrando. Tras vencer el jueves a 4-1 en el Rogers Place a un inspirado equipo de Detroit que venía de sumar puntos en sus últimos seis compromisos, fueron los Oilers los que incrementaron su racha a cuatro partidos con puntos con su tercera victoria en cuatro oportunidades.

El capitán orquestó el triunfo con una actuación magistral de cuatro asistencias, participando en cada uno de los goles de su equipo. Con esta explosión, McDavid suma 12 puntos (cinco goles, siete asistencias) en su seguidilla actual de cuatro juegos consecutivos con múltiples puntos. De repente, la carrera por el Art Ross Trophy, que parecía inclinarse hacia Nathan MacKinnon, se ha cerrado drásticamente. MacKinnon lidera con 53 puntos, pero McDavid ya le respira en la nuca con 48.

"Últimamente, está atacando. Simplemente se apodera de los juegos", elogió Zach Hyman, el gran beneficiario de la noche mágica del 97. "Crea para sí mismo, crea para otros. Es el mejor jugador. Unánimemente, creo, el mejor jugador del mundo por una razón".

Hyman convirtió tres de los pases de McDavid en goles, registrando su sexto Hat-trick con la camiseta de los Oilers. El primero llegó en Power Play en el primer período tras una jugada de toma y dame iniciada por Leon Draisaitl. El segundo, y quizás el más espectacular, ocurrió al final del segundo período: McDavid bajó un disco en el aire y, de espaldas a la jugada, envió un pase sin mirar entre sus piernas que dejó a Hyman solo frente al arquero Cam Talbot. Hyman cerró la cuenta con un gol a puerta vacía.

DET@EDM: Hyman anota en cada período

Más allá del espectáculo visual, la noche estuvo cargada de historia. Con sus cuatro asistencias, McDavid se convirtió en el tercer jugador más rápido en la historia de la NHL en alcanzar las 750 asistencias de por vida (743 juegos), solo detrás de Wayne Gretzky (504) y Mario Lemieux (619). Además, registró su juego número 12 con cuatro o más pases de gol, empatando en el octavo lugar de todos los tiempos con leyendas como Gilbert Perreault y Nicklas Backstrom.

Pero McDavid no solo persigue a las leyendas del pasado; también está a la caza de su propio legado. Está a solo seis unidades de registrar 100 en temporada regular dentro de un año calendario por octava vez en su carrera. El único otro jugador en la historia en lograr esa hazaña ocho veces es, por supuesto, Wayne Gretzky. Con 10 juegos restantes en 2025, parece inevitable que el capitán de los Oilers empate al "Great One" antes de las campanadas de Año Nuevo.

"Esos son jugadores especiales, Connor impulsó a su equipo a una victoria esta noche", reconoció el capitán de Detroit, Dylan Larkin. "Eso va a pasar si llegas a este edificio para el segundo de dos juegos consecutivos y no estás alerta... y nos hizo pagar esta noche".

Mientras la ofensiva acaparaba los reflectores, el resto del equipo hizo su trabajo. Mattias Ekholm anotó un gol y Leon Draisaitl sumó dos asistencias, quedando a solo cuatro puntos de los 1,000 en su carrera. En la portería, Stuart Skinner fue una roca, deteniendo 27 de 28 disparos para asegurar que los esfuerzos de sus superestrellas no fueran en vano.

Con la victoria, los Oilers (14-11-6) llegan a 34 puntos y se mantienen en el cuarto lugar de la División del Pacífico, a solo dos unidades de los Kings. Pero más importante que la tabla es la sensación de que el gigante ha despertado.

Edmonton cerró su estadía en casa con récord de 3-1-1 y ahora se prepara para visitar a los Toronto Maple Leafs el sábado, en un duelo de titanes entre McDavid y Auston Matthews. Si el capitán mantiene este nivel, el resto de la liga, y los libros de récords, deberán prepararse.

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