Makar 7/28

En los siguientes días, NHL.com/es proveerá un resumen abordando lo más relevante de la temporada de algunos de los jugadores más destacados de la liga. Hoy toca el turno a Cale Makar.

De cierta manera, Cale Makar ha revolucionado el juego ofensivo que se espera para un jugador de la línea azul. Sin dejar de ser un defensa de élite, lo que le ha valido ser el ganador del Trofeo James Norris en dos ocasiones, el jugador de 26 años ha elevado el juego del Colorado Avalanche desde su llegada a la NHL.

De hecho, desde que hizo su debut en la campaña 2019-20, cuando se coronó con el Trofeo Calder al novato del año, no ha habido un defensor con más puntos que él, liderando a todos sus colegas de posición con 428 unidades y 116 goles —Quinn Hughes es el único que lo supera en asistencias en ese mismo período.

Dicho eso, el defensor del Avalanche viene de la mejor temporada de su exitosa carrera, que también incluye la Stanley Cup de 2022, por lo que vale la pena un análisis en detalles de la más reciente campaña de uno de los mejores defensores en la actualidad.

Y ese análisis comienza con un dominio estadístico absoluto que redefinió las expectativas de la posición en la era moderna. Las cifras finales de Makar en la temporada 2024-25 son la base irrefutable de su grandeza: en 80 partidos de temporada regular, acumuló 30 goles y 62 asistencias para un total de 92 puntos, con un impresionante diferencial de +28.

Su superioridad fue total, liderando a todos los defensas de la NHL en goles, asistencias y puntos. Pero no se detuvo ahí; fue el defensa más prolífico en todas las situaciones de juego, liderando también en goles de Power Play (12), puntos de Power Play (35) y goles en inferioridad numérica (2). Este barrido estadístico no dejó lugar a

dudas, y la votación para su segundo Trofeo Norris fue una trámite: recibió 176 de 191 votos de primer lugar.

Lo que eleva su campaña de excepcional a histórica es el contexto. Al llegar a los 30 goles, Makar se convirtió en el primer defensa en lograrlo desde Mike Green en 2008-09, uniéndose a un grupo de leyendas del Salón de la Fama del Hockey como Bobby Orr y Paul Coffey.

De hecho, fue el primer defensa desde el propio Coffey en 1988-89 en registrar más de 30 goles y 60 asistencias en un mismo año. Su total de 92 puntos lo ubicó noveno en la carrera por el liderato de anotación de toda la liga, demostrando que no fue simplemente el mejor defensa ofensivo, sino uno de los jugadores más potentes del mundo, sin importar la posición.

Más allá de las cifras, su temporada estuvo salpicada de momentos icónicos. Arrancó la campaña a un ritmo vertiginoso, registrando al menos un punto en cada uno de los primeros 13 partidos, empatando la segunda racha más larga para un defensa para iniciar una temporada, solo superada por Bobby Orr. Este inicio explosivo le valió ser nombrado la Primera Estrella del Mes de octubre de la NHL.

Si una sola noche pudiera encapsular su brillantez, sería la del 6 de marzo contra los San José Sharks, donde orquestó una actuación de seis puntos (dos goles, cuatro asistencias), estableciendo un nuevo récord de franquicia. La hazaña fue tan rara que fue apenas el tercer partido de seis puntos de un defensa en la NHL en los últimos 30 años.

El valor de Makar para el Avalanche trasciende sus asombrosas estadísticas. En esta campaña se consolidó como un líder fundamental, cuyo carácter marca la pauta para la organización. Nombrado capitán alterno, asumió la mayor carga de trabajo del equipo, promediando 25:43 minutos por noche.

Quizás la estadística que mejor ilustra su compromiso total es que lideró a todo el equipo en tiros bloqueados con 128, desmintiendo cualquier noción de que es un jugador puramente ofensivo y demostrando una valentía que define el verdadero liderazgo.

Su compañero superestrella, Nathan MacKinnon, lo expresó sin rodeos: "Es el mejor defensa del mundo". Esta confianza es compartida por la gerencia, como lo afirmó la leyenda y presidente de operaciones de hockey, Joe Sakic: "Si tienes a Cale Makar y Nathan MacKinnon, tu ventana (de campeonato) está abierta".

Mackinnon 7/28

A pesar de una temporada regular que lo consolidó como el mejor defensa del planeta, el capítulo final de la campaña de Makar estuvo marcado por la cruda realidad del

hockey de playoffs. La serie de primera ronda contra los Dallas Stars se convirtió en una épica batalla de siete partidos que terminó en una angustiosa decepción. Durante los primeros cinco juegos, la producción ofensiva de Makar se vio contenida. Fiel a su carácter, asumió la responsabilidad. "Tengo que ser mucho mejor", declaró antes del Juego 6. "Ahora es ganar o morir, así que tenemos que dar un paso al frente".

Y respondió. Con la temporada en juego, ofreció una actuación magistral en el Juego 6, registrando tres puntos (un gol y dos asistencias) en una dominante victoria por 7-4 que forzó un séptimo y decisivo partido. Fue una demostración de su capacidad para elevar su juego cuando más importaba. Sin embargo, el Juego 7 trajo el colapso y el Avalanche fue eliminado.

La dolorosa derrota en los playoffs no debe ser vista como un punto final, sino como un catalizador. La temporada 2024-25 será recordada como una paradoja: un año de logros individuales que lo elevaron al panteón de los grandes de todos los tiempos, pero que culminó con una de las decepciones más agudas de su carrera.

Para un competidor de la talla de Makar, la adversidad es combustible. La experiencia, sin duda, forjará aún más su carácter y su determinación, y mientras él y Nathan MacKinnon sean los pilares del Colorado Avalanche, la ventana para competir por la Stanley Cup permanecerá abierta de par en par.

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