NHL Winter Classic

El hockey en su esencia le pertenece a la naturaleza. La versión de este deporte que conocemos es derivada de varias actividades con palos y pelotas que se practicaron entre los siglos XVI y XVIII en Europa y Norteamérica. Todas se jugaban a la intemperie, sobre lagos o charcos congelados.

Sin embargo, desde que se celebró el primer partido de hockey sobre una pista cubierta en 1875 en el Victoria Skating Rink de Montreal, Quebec, Canadá, este deporte se ha practicado principalmente bajo techo, alejado de los elementos de la naturaleza.

No obstante, desde 2008, la NHL ha regresado a los orígenes del hockey y ha entregado una dosis de nostalgia. El magno evento anual del Winter Classic rinde homenaje a esta disciplina en su estado más puro, al aire libre.

"Hay algo muy especial en sacar el hockey a la intemperie, devolverlo a sus raíces, al lugar donde tantos niños aprendieron por primera vez a amar el juego", dijo el comisionado de la NHL, Gary Bettman, en septiembre de 2007 cuando anunció el primer Winter Classic, en el cual los Buffalo Sabres se enfrentaron a los Pittsburgh Penguins en el Ralph Wilson Stadium.

NHL Winter Classic

El Winter Classic se lleva a cabo alrededor del Día de Año Nuevo, fuera de las arenas habituales de los clubes. Se juega en estadios gigantescos y es toda una fiesta. Los equipos lucen uniformes de gala y sus entradas al estadio son espectaculares.

Este partido es el equivalente, en el hockey, a lo que representa el evento del béisbol de Grandes Ligas en el Field of Dreams, y es tan esperado por los aficionados como la jornada de juegos de la NFL en el Día de Acción de Gracias o los partidos de la NBA en Navidad.

Sin duda, el Winter Classic es el evento insignia de la NHL en la temporada regular.

La idea de algo grande

Cinco años antes del primer Winter Classic, la NHL ya había disputado un partido oficial al aire libre en un estadio. Fue el Heritage Classic de 2003, en el que los Edmonton Oilers recibieron a los Montreal Canadiens en el Commonwealth Stadium. El evento celebró los 25 años de los Oilers como equipo de la NHL. Pese a que esa noche en Edmonton se registraron temperaturas gélidas cercanas a −30 °C (−22 °F), con sensación térmica debido al viento, alrededor de 57,000 aficionados se dieron cita para el acontecimiento histórico.

Se pensaba que un evento como el Heritage Classic de 2003 sería algo único y que no se repetiría. Sin embargo, en la primavera de 2004, la cadena estadounidense NBC adquirió los derechos de transmisión de la NHL y, de inmediato, John Miller, vicepresidente de Programación, Planeación y Desarrollo de NBC Sports, comenzó a pensar en ideas para montar un gran evento el Día de Año Nuevo durante el día. Ese horario típicamente pertenecía a los tazones del futbol americano universitario, pero para ese entonces los juegos más importantes ya se disputaban por la noche.

Heritage Classic

"El resto de los tazones eran lo que yo solía llamar el 'Tazón de quién saca la basura'", dijo Miller en 2018. "Eran tazones a los que la gente realmente no les ponía mucha atención. Eran buenos partidos y eran divertidos para que esos equipos y esas universidades los jugaran, pero en realidad no influían en la lucha por el campeonato nacional del futbol americano universitario ni reunían a lo mejor de cada conferencia. Así que vimos eso como una oportunidad".

Miller quería iniciar el contrato de NBC con la NHL en la temporada 2005-2006 de una manera rimbombante. Para aprovechar los reflectores de la intensa rivalidad deportiva que existía entre las ciudades de Nueva York y Boston en ese momento, debido a los New York Yankees y los Boston Red Sox, el ejecutivo buscó enfrentar a los New York Rangers y los Boston Bruins en el mítico Yankee Stadium. Sin embargo, el contrato de los Rangers con el Madison Square Garden les prohibía disputar un partido como locales fuera de la legendaria arena, y la directiva de los Yankees tampoco fue receptiva a la idea de albergar un partido de hockey en su campo sagrado.

Además, aunque Bettman había autorizado el juego en Yankee Stadium, aún se mostraba titubeante ante la idea de organizar otro partido al aire libre, ya que la NHL no contaba en ese momento con un departamento de eventos especiales. Aun así, Miller continuó insistiendo.

"Gary Bettman todavía se burla de mí diciendo que siempre estaba insistiendo con él", contó Miller. "Cada vez que nos reuníamos para hablar de otros temas mientras nos preparábamos para el inicio de la siguiente temporada, me decía: 'Sé que de verdad quieres hacer este partido al aire libre, nunca lo vas a soltar'. Ese tipo de cosas".

"Yo le decía: 'De verdad creo que es una buena idea y que tenemos que encontrar la manera de hacerla realidad'".

Nace la tradición del Winter Classic

Con la llegada de John Collins a la NHL como vicepresidente ejecutivo senior de Negocios y Medios, la realización de un gran evento al aire libre se volvió en una realidad. Collins contaba con credenciales excepcionales gracias a su paso como ejecutivo de la NFL. Su objetivo era construir una presencia a escala nacional para la liga en Estados Unidos y generar mayores ingresos. Un evento como el Winter Classic podía ser el primer paso para esto. Collins fue inspirado por lo que el Super Bowl significó para la NFL.

"El Super Bowl no solo le dio validación al nuevo modelo de negocio, sino que también creó un nuevo camino para que la NFL se promoviera en términos del calendario de eventos", explicó Collins. "Todo el mundo habla de que la NFL es un negocio de 365 días al año, pero ese fue realmente el inicio del negocio de los 365 días".

Collins formó su equipo de eventos especiales y finalmente se concretó la idea de celebrar un gran partido al aire libre.

La NHL eventualmente se decidió por un nombre para el evento: el Winter Classic. Miller indicó que al principio querían llamarlo Ice Bowl, en referencia al famoso Juego de Campeonato de la NFL de 1967 entre los Dallas Cowboys y los Green Bay Packers que se jugó en condiciones heladas, pero la empresa de juguetes Wham-O! ya tenía registrada esa frase para uno de sus productos. Después consideraron otros nombres —Winter Challenge, The Challenge—, pero Winter Classic fue la opción ganadora.

Aunque el Winter Classic sonaba como una gran idea en el papel, existía mucho escepticismo. Una de las principales dudas era si la NHL podría llenar un estadio de béisbol o futbol americano en Estados Unidos. De los equipos identificados como candidatos para albergar el partido, los Buffalo Sabres fueron los únicos que aceptaron la propuesta. Esto agradó tanto a la NHL como a NBC, ya que Buffalo tenía fama de ser una ciudad profundamente deportiva.

"Creo que Buffalo es uno de los grandes mercados deportivos de Estados Unidos", señaló Miller. "Analizamos los niveles de audiencia de los equipos locales y la forma en que siguen el hockey; Buffalo aparecía constantemente entre las tres primeras ciudades del país en cuanto al seguimiento de su equipo de hockey. Así que sabíamos que era una ciudad apasionada por el hockey. Para nosotros, no había ninguna duda de que lo iban a apoyar".

NHL Winter Classic: Pittsburgh Penguins v Buffalo Sabres

Para ese partido, el presidente de los Sabres, Larry Quinn, había sugerido enfrentar al equipo con sus rivales cercanos, los Toronto Maple Leafs, en las Cataratas del Niágara. Sin embargo, la NHL optó por celebrar el evento en la casa de los Buffalo Bills de la NFL, el entonces Ralph Wilson Stadium en Orchard Park, con capacidad para 71,000 aficionados.

El rival de los Sabres para ese evento histórico fueron los Penguins, que contaban en sus filas con la joven joya de la liga en ese momento: Sidney Crosby. Cualquier duda sobre el interés que generaría el Winter Classic, se disipó rápidamente. En los primeros 30 minutos de la venta de boletos para el juego del 1 de enero de 2008, los Sabres reportaron que se habían vendido 40,000 entradas, y para el día del partido el estadio estaría completamente lleno. En la televisión, el encuentro fue visto por más de 3.75 millones de personas a través de NBC. Fue la mayor audiencia para un partido de temporada regular de la NHL en décadas.

El juego se disputó en medio de un ambiente mágico y cumplió con las expectativas. Bajo una nevada constante, los Penguins se llevaron la victoria 2-1 sobre Buffalo por medio de los shootouts. Crosby, de apenas 20 años, definió el partido de manera emocionante al vencer al portero de Buffalo, Ryan Miller, mientras la nieve seguía cayendo.

"Cuando ves a 70 mil personas abarrotando un estadio para ver hockey, es una muy buena señal", dijo Crosby tras el juego. "La atmósfera y el entorno, no creo que se puedan superar. Es algo que queda para recordar y decir que tuvimos muchos grandes recuerdos al ser parte de esto".

Desde entonces, el Winter Classic se ha establecido como una de las grandes tradiciones anuales de la NHL.

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