al montoya

Los Dallas Stars están a dos victorias de alcanzar la Final de la Conferencia del Oeste, empujados por la sensacional postemporada de su nueva súper estrella Mikko Rantanen; Al Montoya está comprometido con cada cambio, y con razón: él es el vicepresidente de desarrollo cultural y estrategia de los Stars.

Pero en un momento en el que es difícil concentrarse en algo más allá de la ardua serie de playoffs ante los Winnipeg Jets, Montoya debe mantener una atención constante en dos preguntas que no tienen nada que ver con trata de contener a Kyle Connor.

Jets vs. Stars | Resumen | Segunda Ronda, Juego 3

1.- ¿Qué tan grandes, diversos y comprometidos son los grupos de personas que llegan al American Airlines Center para cada partido?

Y…

2.- ¿Qué está pasando en la comunidad de hockey más grande de Texas?

Eso explica por qué, horas antes del Juego 5 en Winnipeg la noche del jueves, Montoya estará de regreso en el área de Dallas-Fort Worth para cortar el listón en la ceremonia de inauguración tras la remodelación del gimnasio del Grauwyler Recreation Center a través del programa del equipo llamado “Future Stars”.

Las oportunidades de ganar la Stanley Cup son limitadas. Las oportunidades para ayudar a que la gente se enamore del hockey están disponibles a diario y vale la pena aprovecharlas con la misma pasión y dedicación que con la que Peter DeBoer dirige desde la banca de Dallas.

“Es una prueba de por qué sigo en el deporte”, declaró Montoya a NHL.com en una entrevista reciente. “Me encanta mi infancia. Me encanta el deporte. Seguiré aportando. Como miembro del Congreso de Hockey de EE. UU., estoy totalmente comprometido”.

Es lógico que Montoya, de 40 años, esté trabajando para impulsar el hockey en Texas en medio de un partido de playoffs entre los mejores porteros estadounidenses Connor Hellebuyck y Jake Oettinger. Montoya ocupa un lugar único en la historia del hockey como portero titular del primer equipo estadounidense en ganar el oro en el Campeonato Mundial Juvenil de la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo (IIHF por sus siglas en inglés) en 2004.

Montoya se convirtió en el primer cubano-estadounidense en llegar a la NHL y jugó para los Phoenix Coyotes, New York Islanders, Winnipeg Jets, Florida Panthers, Montreal Canadiens y Edmonton Oilers durante nueve temporadas antes de retirarse en 2019. Su trayectoria, dentro y fuera del hielo es un contexto crucial para comprender por qué es tan eficaz en su puesto en la oficina.

La doctora Irene Silva crio a AL y a sus tres hermanos como una madre soltera que trabajó como médica en el área de Chicago. Silva, quien huyó de Cuba de niña con sus padres, se jubiló el año pasado tras más de 40 años como médica internista.

Al Montoya image 1

“No podría tener un apoyo más grande que el de ella, incluso ahora, tratando de apoyar a mis hijos”, dijo Montoya. “Me comparo con cómo lo hizo mi mamá. Hasta el día de mi retiro y todavía hoy ella es mi mayor fan.

“Poder representar a estos equipos, poder ponerme estos jerseys, poder representar al país que nos dio la libertad, pienso en mis abuelos que vinieron aquí como refugiados para darnos este ‘sueño americano’... Para eso jugué. Eso es lo que intento inculcarles a mis hijos”.

Montoya tiene un vívido recuerdo del Draft de la NHL de 2004, cuando los New York Rangers lo seleccionaron en la sexta posición global.

AL Montoya draft

“Conseguí un par de entrevistas, me di la vuelta y ahí estaba mi madre rodeada de 20 periodistas, preguntándole cómo era ser un inmigrante cubano y tener un hijo que se desarrollaba en un deporte donde no hay mucha gente como él”, dijo Montoya. “Verla aprovechar esa oportunidad fue uno de los momentos más increíbles de los que ha tocado atestiguar.

“Cuando tocaban el himno nacional, me paraba en la línea azul. Después de ganar un partido internacional, izan la bandera. Lo primero que pienso es en mis abuelos, que lo dejaron todo por mí, mis hermanos y mi madre. Ese era mi ‘porqué’”, agregó.

Desde su retiro como jugador, Montoya ha hallado nuevos ‘porqués’, como esposo, padres, entrenador juvenil de Dallas Stars Elite y como ejecutivo de los Stars. Está emocionado por el crecimiento del hockey femenino, del hockey juvenil y en general del número de participantes de jugadores de tan diversos orígenes.

A Montoya le gusta decir: “El mejor jugador de hockey todavía no ha nacido”. Gracias al apoyo del dueño de los Stars, Tom Gaglardi, y del presidente y director ejecutivo, Brad Alberts, existe la posibilidad de que ese jugador nazca en el área metropolitana de Dallas-Fort Worth.

“Aunque no lo crean, no hay muchos jugadores de hockey en el ámbito empresarial de la NHL”, dijo Montoya. “Estamos dispersos por toda la liga. Poder conectar en ese aspecto es importante, y luego está la intencionalidad que tuvo este equipo al contratarme: que nuestras opiniones coincidieran, contratar a alguien de origen hispanohablante, que comprendiera la cultura que representa a un gran porcentaje de la población de Estados Unidos. Cuando estás en el American Airlines Center y las familias se te acercan y te hablan en español, me alegra la vida”.

USA Hockey (la Federación estadounidense) mostró su fe en el área al llevar a cabo el Mundial masculino sub-18 de la IIHF en Frisco y Allen, Texas, a inicios de la primavera. La selección de Estados Unidos se quedó con el bronce, gracias en parte a las contribuciones de los alumnos del programa Stars Elite, Blake Fiddler y Cullen Potter.

“Cuando crecí, los mercados tradicionales eran los que mandaban en el hockey”, dijo Montoya. “Eran Michigan, Minnesota, Boston, Chicago. Hoy, la forma en la que USA Hockey ha estructurado sus programas y ha desarrollado el hockey, la mentalidad de “el hockey es para todos”, permite ver el éxito en mercados no tradicionales. No solo en el nivel juvenil, sino también en la NHL”.

“Ver a los jóvenes progresar en los programas es un testimonio de quienes dirigen las organizaciones de hockey juvenil, de dónde empiezan estos jóvenes en nuestro StarCenter. Tenemos ocho instalaciones, 16 pistas, y se añadirá otra este año. Realmente podemos estar al tanto y ofrecer la programación que los llevará al siguiente nivel.

“Tener la oportunidad de atestiguar que los jóvenes que comenzaron en esos programas y llegaron a la selección estadounidense es increíble. Es un punto de inflexión para nosotros en esta organización”, concluye Montoya.

Contenido Relacionado