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Los jugadores de la NHL participarán en los Juegos Olímpicos de Invierno Milano Cortina 2026 en febrero, la primera vez desde 2014 en la que los mejores jugadores del mundo estarán en el escenario olímpico. Los días 5 y 20 de cada mes previo a los JJOO, NHL.com/es recordará los 10 momentos más emblemáticos de la historia olímpica en los que participaron jugadores de la NHL, incluyendo partidos de las ediciones de 1998, 2002, 2006, 2010 y 2014. Hoy, nos centramos en el número 8: pese a una curiosa polémica en Turín 2006, Suecia capturó por segunda vez una medalla de oro en los JJOO.

Después de haber sorprendido al mundo entero en los Juegos Olímpicos de Invierno de Lillehammer 1994, capturando su primera medalla olímpica de oro al vencer en la Final a Canadá por marcador de 3-2, se esperaba que Suecia se convirtiera en una de las nuevas potencias del hockey con jugadores talentosos, entre los que se destacaban Peter Forsberg, Kenny Jonsson o Tommy Salo y que más tarde habrían de tener carreras sólidas en la NHL.

No obstante, la expectativa superó la realidad tanto en los JJOO invernales de Nagano 1998 como en los de Salt Lake City 2002, pues en ambas ediciones la representación sueca tropezó con la misma piedra: eliminaciones seguidas en la ronda de los Cuartos de Final.

En 1998 Suecia sufrió una derrota por 2-1 ante sus acérrimos rivales de Finlandia, mientras que en 2002 cayó por 4-3 frente a Bielorrusia, truncando los sueños de reverdecer laureles y validar el estatus de potencia emergente en el deporte.

Para los Juegos Olímpicos de 2006 en Turín, Suecia no podía permitirse otro mal resultado. En la confluencia de dos generaciones de estrellas suecas, todos los astros se alinearon para que la selección sueca ganara su segunda medalla de oro en los Juegos de 2006.

Como pilar fundamental de este equipo que habría de colgarse la presea dorada, y que no partió como favorito para la justa olímpica, Suecia contó con varios veteranos experimentados y ya con una carrera importante en la NHL o en vías de tenerla.

Nicklas Lidstrom, futuro capitán de los Red Wings, y el célebre Tomas Holmstrom formaban parte de este grupo, junto con Mats Sundin, Peter Forsberg y Markus Naslund, quienes se encontraban en la recta final de sus carreras.

TOML Torino 2006 (Forsberg bench)

Solo Forsberg había participado en la victoria de la medalla de oro de 1994, y solo él y Lidstrom llegarían a jugar en los Juegos de Vancouver 2010.

Al lado de estos veteranos consagrados, una nueva generación de talentos suecos había ascendido en las filas. Por supuesto, los gemelos Henrik y Daniel Sedin fueron las incorporaciones más destacadas al equipo, pero también formaron parte de él jóvenes talentos como Henrik Zetterberg y Niklas Kronwall, ambos jugadores de los Red Wings.

Sin embargo, y como nunca puede quedar de lado la polémica, los suecos fueron foco de críticas porque jugaron las cartas que tenían en su favor y, al final, les resultó la jugada, pues lo que querían era evitar a toda costa jugar contra Canadá o Rusia, y tener como rival a Suiza.

En el juego final de la fase de grupos, Eslovaquia superó 3-0 a Suecia, pero en un partido que dejó muchas dudas y que generó toda clase de críticas. El momento más cuestionable ocurrió cuando los suecos tuvieron una situación de Power Play con dos hombres de ventaja y no lograron efectuar un solo tiro a gol.

“Quizás lo comentamos dentro del grupo: ‘Probablemente sea mejor no salir y que no nos cobren de más’. Todos sabíamos que esta era nuestra oportunidad. Hicimos todo lo necesario para ganar el torneo”, dijo Forsberg algunos años después de los JJOO de Turín 2006. “Creo que se puede culpar a todo el sistema”.

Suecia avanzó a la ronda de los Cuartos de Final, etapa en la que se cruzó con Suiza y equipo al que derrotó sin demasiadas complicaciones por marcador de 6-2, colándose a las Semifinales y asegurando la pelea por las medallas, instancia en la que le pasaron por encima con autoridad a República Checa, con una sólida actuación de Henrik Lundqvist para una clara victoria por 7-3 y asegurar al menos la medalla de plata.

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Para añadirle lustre a la proeza y no dejar lugar a dudas del talento y potencial de Suecia, pese a haber incurrido en una cuestionable postura de competir ante los eslovacos para sacar provecho y beneficiarse del sistema de competencia, habrían de medirse a Finlandia, el equipo que dejó en el camino a Estados Unidos y Rusia, lo cual auguraba un clásico olímpico y el partido no decepcionó a nadie.

El clásico nórdico fue un gran partido, tal y como se esperaba, pero fue la grandeza de su principal línea la que escribió un capítulo dorado cuando a solo 10 segundos de haberse puesto en marcha el tercer periodo, Lidstrom consiguió el tanto decisivo, con asistencias de Sundin y Forsberg, y marcar el 3-2 en la pizarra que a la postre fue decisivo, no sin antes pasar apuros para defender la ventaja y el oro, metal ganado a toda ley pese a un pequeño artilugio durante el torneo.

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