Messier

La historia de la National Hockey League es una de las más convincentes de los principales deportes profesionales. Cada semana, NHL.com/es te lleva al interior de la fundación y evolución de la liga, con episodios puntuales. En esta entrega, el viaje a través del tiempo, sirve para recordar uno de los titulares de prensa más famosos en el mundo del hockey, cortesía de Mark Messier.

Ser aficionado de los New York Rangers, no era una cosa fácil para los miles de residentes de la ciudad de Manhattan que diariamente acudían al Madison Square Garden, durante una época como la década de los años 70 y 80 en la que el equipo logró entrar en la postemporada, incluyendo dos finales; 1972 y 1979, pero siempre terminó con las manos vacías.
Antes de la campaña de 1991-92, los Rangers recuperaron el optimismo al incorporar al cinco veces campeón de la Stanley Cup para aquel momento, Mark Messier, quien de inmediato fu nombrado capitán del equipo y lo lideró con 107 puntos en la ronda regular. No obstante, el club se despidió en la Segunda Ronda al caer en seis juegos frente a los Pittsburgh Penguins de Mario Lemieux y Jaromir Jagr, quienes eventualmente consiguieron alzar el título.

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Tras una decepcionante actuación en la 1992-93, terminando de último en su división, el equipo adquirió los servicios de Mike Keenan como entrenador y su impacto fue inmediato, llevando al club a ganar el President's Trophy gracias a sumar la mayor cantidad de puntos en la temporada regular, estableciendo un récord de franquicia para aquel entonces con 52 victorias.
El mágico desempeño fue un preámbulo de lo que venía en 1994.
A terminar la sequía
Durante años, se hizo una tradición el coro "1940", una especia de burla implementada por los aficionados de los New York Islanders, para recordarle a sus rivales de ciudad que habían pasado 54 años sin ganar un campeonato. Mark Messier y compañía ya estaban cansados de escuchar esto y así lo demostraron al barrer en cuatro juegos a los Islanders en la Primera Ronda de aquella postemporada.
Posteriormente, Nueva York se midió a los Washington Capitals y pese a no poder completar la barrida, los Rangers despacharon a sus rivales en cinco juegos, incluyendo una blanqueada de 3-0 con 21 paradas del portero Mike Richter. Todo ello, desembocó una batalla inolvidable en la Final de la Conferencia Este ante los New Jersey Devils.
Los New Jersey Devils acecharon pacientemente y vencieron a los Rangers en juegos consecutivos para tomar una ventaja de 3-2 en la serie y poner a los neoyorquinos al borde de la eliminación, después de limitarlos a sólo un gol en cada uno de esos triunfos, dejando un balance de 7-2 en ambos partidos.
Habló el capitán
Los jugadores estaban tan abatidos después de la derrota del quinto juego, que Messier sabía que tenía que hacer algo. Así que le dijo a su equipo que hablaría con el entrenador Keenan y transmitiría su mensaje. "Tenemos una gran oportunidad aquí, estamos muy cerca. Sólo tenemos que ganar esta serie y alzaremos la copa. Tienes que darnos todas las posibilidades de ganar".

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Según el capitán, el mensaje fue bien recibido. Sin embargo, los Rangers estaban deprimidos y necesitaban un empujón que llegaría antes de disputar el sexto encuentro de la serie, cuando el periódico New York Post publicó las palabras de Messier con un titular que decía "Esta noche vamos a ganar".
Aquel sexto partido es fácilmente el mejor juego de playoffs de los Rangers en la historia de la franquicia. Aunque el inicio no fue fácil debido a que los Devils, en calidad de local, desplegaron toda su ofensiva y tomaron ventaja de 2-0 en el primer período gracias a los goles de Scott Niedermayer y Claude Lemieux, causando una sensación terrible desde el banco de los Rangers hasta el sofá de todos sus aficionados en casa.
Fue entonces cuando el capitán se hizo cargo. Primero con una asistencia a Alexei Kovalev para poner a los Rangers en la pizarra al final del segundo período. Ese gol, puso dudas en la mente de todos los jugadores de los Devils. En el tercer parcial, Messier completó un juego para la historia gracias a un Hat-Trick, que incluyó el gol del empate y luego el de la ventaja 3-2 con 7:48 minutos restantes en el tiempo regular, antes de sentenciar el triunfo con su tanto ante la red vacía. Así, los Rangers se fueron a casa para disputar el séptimo duelo.
"Sentí que garantizar una victoria sería una excelente manera de hacerle saber a mis compañeros que creía que podíamos entrar y ganar el Juego 6, porque los habíamos derrotado seis veces durante la temporada regular, tres de ellas en su edificio". Declaró Messier, el protagonista de uno de los momentos más icónicos de la historia de la NHL, gracias a que después de aquel encuentro, los Rangers superaron a los Devils para avanzar a la final y allí, dieron cuenta de los Vancouver Canucks, logrando alzar la Stanley Cup para terminar con la sequía de 54 años.

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