Fue una noche perfecta para los Edmonton Oilers…Excepto por el resultado.
Una de sus principales estrellas, Leon Draisaitl, continuó dando pasos agigantados hacia los puestos más exclusivos en la historia de los Oilers —y de la NHL en general— convirtiéndose en el cuarto jugador en llegar a 400 goles de por vida con la franquicia y en el tercero más rápido en conseguirlo, logrando la hazaña en 791 partidos, uniéndose así a un club integrado por Wayne Gretzky, Jari Kurri y Glenn Anderson.
Adicionalmente, el delantero alemán es el noveno jugador en la historia de la NHL que más rápido alcanza esa cifra entre los jugadores nacidos fuera de Norteamérica, una lista de élite encabezada por Kurri (608 juegos), Alex Ovechkin (634), Pavel Bure (635), Teemu Selanne (700), Jaromir Jagr (742), Ilya Kovalchuk (771), Peter Bondra (782) y Alexander Mogilny (783).
El gol 400 de la ilustre carrera de Draisaitl fue una obra de arte, posible gracias a una jugada de sublime habilidad del debutante David Tomasek. En un Power Play, Tomasek entregó un brillante pase de revés entre sus propias piernas que encontró el bastón de Draisaitl en el poste. La espectacular asistencia marcó el primer punto en la carrera de Tomasek y parecía el clímax de una gran jornada para los Oilers.
Y es que, con este histórico tanto, los vigentes bicampeones de la Conferencia Oeste comenzaban con buen pie, anotando los tres primeros tres goles del juego, viéndose arriba 3-0 a mediados del segundo período. Parecía que sería una velada tranquila ante sus rivales.




















