Los jugadores de la NHL participarán en los Juegos Olímpicos de Invierno Milano Cortina 2026 en febrero, la primera vez desde 2014 en la que los mejores jugadores del mundo estarán en el escenario olímpico. Los días 5 y 20 de cada mes previo a los JJOO, NHL.com/es recordará los 10 momentos más emblemáticos de la historia olímpica en los que participaron jugadores de la NHL, incluyendo partidos de las ediciones de 1998, 2002, 2006, 2010 y 2014. Hoy, nos centramos en el número 10: Dominik Hasek frenó a la Máquina de Rusia en ruta al oro olímpico en 1998.
Después de las tremendas exhibiciones por parte de la selección de Rusia en la ronda inicial del torneo varonil olímpico de hockey sobre hielo en los Juegos Olímpicos de Nagano 1998, todo parecía indicar que el representativo del país más grande del mundo se iba a colgar la medalla de oro y que no habría manera de evitarlo, pues había sido el equipo más dominante a lo largo del certamen.
No obstante, el legendario guardameta checo y miembro del Salón de la Fama del Hockey, Dominik Hasek, tenía otros planes, en busca de hacer historia para su propio país, en aquel entonces una joven República Checa, que apenas en 1993 se había forjado como nación.
Tanto la Aqua Wing Arena como The Big Hat (el gran sombrero) fueron los recintos que fungieron como testigos de la arrolladora participación del equipo ruso en el torneo olímpico en Nagano en las rondas previas al partido por la medalla de oro y también atestiguaron el silente, pero firme camino de los checos hacia la cima del podio.
República Checa había capturado la medalla de oro en el Campeonato Mundial de 1996 y aunque no se les podía ver por encima del hombro, la final adelantada para muchos iba a ser entre Canadá (13) y Estados Unidos (5), selecciones que, a la postre, sumarían un total de 18 futuros miembros del Salón de la Fama en sus rosters de esa edición de los JJOO.
“Creo que la manera en la que trataron a nuestro equipo y cómo nos miraron, definitivamente fue una ventaja”, dijo Hasek en 2018 a The Hockey News. “Solamente había dos grandes nombres en nuestro equipo: Jaromir Jagr y yo. El resto de los jugadores no eran muy conocidos a nivel mundial aún. Se daban una idea, pero no sabían lo buenos que podrían llegar a ser”.






















