Los dos tantos de Marchand en el Juego 2 de la Final tuvieron un peculiar distintivo: ambos los consiguió con asistencias del delantero centro Anton Lundell, ambas habilitaciones primarias para los goles del veterano.
“Es un jugador rápido, vi que estaba abierto y quería mandarle el puck, y él se encargó de hacer el resto”, comentó Lundell. “Y en el primer gol sucedió algo parecido, no sé quién perdió el disco y lo recuperé en la zona central, lo vi despegar y quise habilitarlo y él se encargó de hacer un gran trabajo”.
El nativo de Halifax, Nueva Escocia, se convirtió, a los 37 años y 26 días, en el cuarto jugador más veterano en la historia de la NHL en conseguir un gol en tiempo extra en la Final de la Stanley Cup, solo por detrás de Igor Larionov (41 años y 187 días; Juego 3 de la Final de 2002), Steve Thomas (39 años y 322 días; Juego 4 de 2003) y Ron Francis (39 años y 95 días; Juego 1 de 2002). Además, Marchand es el segundo jugador de mayor edad con un gol ganador en un juego con múltiples tiempos extra en una Final, detrás de Larionov (tres prórrogas).
Después de rivalizar por varios años con los Panthers, siendo la cara más visible de los Bruins tras el retiro de Patrice Bergeron y asumiendo la capitanía de Boston, pocos imaginaron que el destino hiciera que Marchand aterrizara en el sur de Florida y se pusiera el uniforme de los ‘Gatos’, pero los caminos de la NHL se bifurcan y a veces llegan a sitios insospechados, pero el reconocimiento a la labor del veterano es ineludible.
“Brad es un hombre honesto y por eso encaja en nuestro vestidor”, dijo el entrenador en jefe de los Panthers, Paul Maurice en la rueda de prensa tras el encuentro. “Le encanta el juego. Ama a la gente que lo rodea. Es muy abierto, muy descarado. Así que encaja a la perfección. Es totalmente aceptado. Un ser humano increíblemente positivo”.
Marchand se convirtió en el tercer jugador de 37 años o más con un gol de la victoria en la Final de la Stanley Cup en la última década, después de Corey Perry (Juego 5 de la Final de 2024) y de Brooks Orpik (Juego 2 de Final de 2018).
La Final de la Stanley Cup de 2025 está lejos de definirse todavía, pero una cosa es segura, una carretada de aplausos e intensos vítores le esperan a un jugador como Marchand, quien hasta antes de marzo de este año solo escuchaba chiflidos y abucheos en la que ahora es su casa, la Amerant Bank Arena.