Los Edmonton Oilers se encuentran en un territorio desconocido. Finalistas de la Stanley Cup en los dos últimos años, protagonistas ofensivos de élite y uno de los equipos más dominantes de la NHL en temporadas recientes, hoy miran la tabla de posiciones, quizás con un poco preocupación. Después de 25 juegos, Edmonton presenta marca de 10-10-5, es sexto en la División Pacífica y décimo en la Conferencia Oeste, lejos de los puestos de acceso directo a los playoffs y por detrás en la lucha por los comodines.
La derrota 8-3 frente a los Dallas Stars no solo representó su quinto revés en los últimos siete juegos (2-4-1), también reforzó una tendencia peligrosa: los Oilers siguen sin encontrar consistencia en su estructura defensiva. Con 93 goles en contra, ningún otro equipo ha permitido más, y su promedio de 3.72 goles recibidos por partido los coloca como el tercer peor conjunto de la liga.
Lo más llamativo no es únicamente la cifra, sino la manera en que se están construyendo esas derrotas. Edmonton no parece recordar la identidad y manera defensiva, siendo esto una realidad que preocupa incluso dentro del vestuario. Leon Draisaitl, una voz constante y uno de los líderes del equipo, no pudo esconder el desconcierto tras la caída ante Dallas.
“No estoy seguro. No tengo una respuesta ahora mismo”, admitió al intentar explicar la diferencia entre un partido competitivo y una derrota avasalladora. “Es evidente que de principio a fin no fue lo suficientemente bueno. Defensivamente, este grupo está teniendo dificultades para encontrar su juego y consistencia. Es muy preocupante. Estamos cerca de 30 partidos y todavía no parecemos saber lo que somos. Así que no sé realmente qué decir”.
La preocupación se mezcla con frustración. Para Edmonton, acostumbrado a reponerse después de arranques lentos en campañas previas, esta vez no hay garantía de un giro automático. Draisaitl lo dejó claro al ser preguntado sobre si podían revertir el rumbo como en años anteriores: “No funciona así. No, no funciona así. Estamos en una posición aceptable ahora, no donde queremos estar, pero estamos ahí. Sin embargo, el momento es ahora, mañana tenemos que ser mejores. Es muy simple, solo tenemos que ser mejores”.





















