Blue Jackets se inspiraron en Gaudreau para ganar

Todavía cuesta trabajo creer en la ausencia física de Johnny Gaudreau desde aquel día en que esa infame noticia del 29 de agosto del año pasado irrumpió al informarse de su fallecimiento cuando él y su hermano Matthew rodaban en bicicleta en una carretera de Nueva Jersey.

Desde su llegada al Ohio Stadium, también conocido como ‘la herradura de caballo’, por su peculiar silueta, los jugadores tanto de los Columbus Blue Jackets como los de los Detroit Red Wings se alistaron para disputar el icónico juego de la Navy Federal Credit Union Stadium Series con una meta en común: hacer sentir la presencia de Johnny Gaudreau en el primer juego al aire libre en la historia de la franquicia.

Los Blue Jackets entraron al gigantesco recinto encabezados por la señora Jane Gaudreau, madre de Johnny y Matthew, así como por Meredith Gaudreau, con Noah y Johnny Jr., la esposa y los hijos de Johnny, con todo el contingente de Columbus siguiendo sus pasos. Los sentimientos estuvieron a flor de piel solo de contemplar esas escenas y con el contexto del porqué eran ellos quienes iban a la vanguardia del grupo.

Los jugadores de los Red Wings también tuvieron un gesto con muchísima clase: arribando al estadio de los Buckeyes con jerseys que utilizó durante su carrera Johnny, particularmente de la selección de Estados Unidos y de los equipos de ligas menores y de su equipo universitario en el que militó, el de los Eagles de Boston College.

Incluso en algún momento de la velada un gigantesco banderín con el número ‘13’ y el nombre Gaudreau en él estuvo circulando de mano en mano por amplios tramos de las gradas del estadio, como si el público estuviera diciendo que el ausente delantero estadounidense seguía ahí.

“Tengo que decir que no me gusta que hayamos perdido dos veces (en tres días) contra ellos, pero lo que esos tipos han tenido que pasar… nadie actúa personalmente como si hubiera pasado por lo peor y la ciudad esta noche fue especial y espero que el Sr. Gaudreau tuviera algo por lo que sonreír esta noche”, dijo Dylan Larkin, capitán de los Red Wings.

Y agregó el capitán de Detroit: “Quiero que nuestros dos equipos estén en los playoffs y creo que esos muchachos tienen una gran historia en construcción en este

momento y, a veces, es más grande que el juego y, ya sabes, esos muchachos están haciendo algo que, me quito el sombrero”.

Los Blue Jackets buscan cortar una racha de cuatro temporadas seguidas sin clasificar a la postemporada, pero los Red Wings suman ocho campañas sin meterse a los playoffs; sin embargo, esta parece ser la temporada en la que ambos pueden ponerle fin a esos malos tiempos.

Con un gol de Justin Danforth a los 17:43 del tercer periodo, en medio de una polémica jugada que se revisó por una probable penalización de bastonazo a la cara (high sticking), los Blue Jackets superaron 5-3 a los Red Wings, afianzándose en el puesto del primer comodín de la Conferencia Este.

“Seguro que sí, es uno de esos momentos”, dijo Danforth cuando le preguntaron si ese ese gol es el mejor momento de su carrera en la NHL. “Simplemente el nivel de emoción que ocurrió después de ese gol, es muy especial, no sabía qué hacer salvo gritar mucho. Fue un gran esfuerzo de nuestro equipo, ellos nos hicieron esforzarnos al máximo, pero encontramos una manera de ganar”.

Ha sido una temporada atípica para los Blue Jackets. Con algunas contrataciones como la de Sean Monahan, un compañero entrañable, tratando de impactar el juego de Gaudreau, quien en su último año con los Calgary Flames, en 2020-21 alcanzó la marca de 115 puntos, la más alta de su carrera en una temporada, pero en sus dos años nunca estuvo cerca de esos niveles. Este se suponía iba a ser el año de revancha.

En medio de todo eso, los Blue Jackets han canalizado la tragedia de la muerte de Gaudreau para tener un vestidor compacto, unido, jugadores muy cercanos y usando al fallecido delantero como una fuente de inspiración, pero a decir de su entrenador, quizás la mayor virtud del equipo ha sido caminar sobre la línea divisoria de las emociones, sin cargarse demasiado a ninguno de los dos lados.

“Espero que los muchachos hayan disfrutado esta noche”, dijo Dean Evason, head coach de los Blue Jackets tras el partido. “Tienen el día libre y nos vemos el lunes para prepararnos hacia nuestro siguiente partido en Tampa”.

Y agrega: “Los muchachos han hecho un trabajo fantástico al respecto, y sin importar si se trata de una situación adversa o positiva, no han dejado que les afecte en su juego. Porque incluso cuando ganas puede ser negativo, que te excedas en confianza. Estoy seguro de que el equipo regresará listo para trabajar el lunes”.

Los Blue Jackets sumaron su cuarto triunfo consecutivo, el segundo al hilo ante Detroit y alcanzan una marca de 30-22-8 (68 puntos), afianzándose en el primer puesto de comodín en el Este, un logro parcial por el que seguramente Johnny Gaudreau estaría esbozando una sonrisa.