McDavid y Drasaitl por el gran premio

La Generación de relevo. Un concepto que, que el deporte profesional, se emplea para destacar a un grupo de talentosos atletas, con las condiciones necesarias para garantizar el nivel de calidad, de la disciplina a la que se dediquen. En el hockey, existen mercados con una amplia necesidad de contar con estos recursos y la ciudad de Edmonton, es una de ellas.

La década de los 80 y el increíble campeonato de 1990, brindaron razones de sobra, para celebrar en la entidad canadiense; Cinco campeonatos, jugadores que se convirtieron en leyendas, entre ellos, el mejor de todos los tiempos, Wayne Gretzky. Luego de llegar a la final, en la temporada 2005-06, en la que perdieron frente a los Carolina Hurricanes, en siete juegos, los aficionados de los Edmonton Oilers, han pasado casi 15 años esperando por la oportunidad, de volver a ver a su equipo en lo más alto de la NHL.
El camino a la gloria comenzó en el Draft del 2015, cuando con la primera selección, la gerencia escogió a Connor McDavid, quien al año siguiente fue elegido como el Jugador Más Valioso del torneo (Hart Trophy) y se ha convertido en la cara de la franquicia. Pero hay más, en la actual temporada, Leon Draisaitl, dominó la NHL con 110 puntos que le dieron el trofeo Art Ross, como el mejor productor del torneo.

Ahora, en medio de un torneo que fue detenido por la pandemia mundial del coronavirus, desde el 12 de marzo, el equipo canadiense, quinto lugar en la Conferencia Oeste, de acuerdo a su porcentaje de puntos, se medirá a los Chicago Blackhwaks (12), designado por la liga, como el mejor conjunto de la pasada década.
La serie, obedece a una nueva modalidad de eliminatorias previas a los playoffs de la Stanley Cup, y se decidirá al mejor de cinco partidos.
La generación de relevo está en Edmonton y aquí, cinco razones por las que los Oilers, pudiesen ganar la Stanley Cup
Cerrar partidos y aprovechar oportunidades.
Durante la ronda regular, los Oilers fueron uno de los mejores equipos al momento de proteger sus ventajas. Dejaron marca de 26 triunfos y apenas una derrota, más un overtime, al momento de llegar al tercer período con la ventaja en el marcador. Su ofensiva estuvo balanceada, con un total de 72 anotaciones en el primer parcial, por 73 en el segundo y 74 en la última fracción.
Con 31 victorias en tiempo reglamentario, Edmonton fue el tercer mejor equipo en la Conferencia Oeste y quinto en la NHL, cerrando sus encuentros, sin la necesidad de acudir a minutos adicionales.
Sin embargo, la mejor versión de los Oilers en el año, llegó a través de sus equipos especiales. En situaciones de Power Play, Edmonton lideró la liga con 29 goles y su porcentaje de 29.5%, fue el mejor de la NHL, en ese tipo de circunstancias. A nivel defensivo, el rendimiento no decepcionó, pues el conjunto se combinó para eliminar el 84.4% de las penalidades, segundo mejor balance en la liga, únicamente por detrás de los San Jose Sharks (85.7%)
Un año inolvidable con sello alemán
Si bien el hockey, es un deporte de conjunto. Resultaría imposible ignorar, el extraordinario desempeño del centro de los Oilers, Leon Draisaitl. En su sexta temporada como profesional, el atacante superó los 100 puntos por segunda campaña de forma consecutiva y los 110 obtenidos en la 2019-20, lo convirtieron en líder de la liga y, por ende, ganador del trofeo Art Ross.
Fue un premio histórico para Draisaitl, quien, a sus 24 años, se convirtió en el primer alemán en ganar la distinción. De igual forma, el atacante comandó la NHL en asistencias con 67 y junto a David Pastrnak, de los Boston Bruins, lideraron la liga en goles ganadores con un total de 10.
Por si fuese poco, el europeo logró sumar al menos un punto, en 56 de los 71 juegos que disputó, incluyendo 33 partidos con dos o más tantos, 14 con tres y cinco con al menos cuatro unidades. De igual forma, logró dos largas cadenas de puntos de forma consecutiva. La primera de ellas de 13 encuentros, (del 24 de octubre al 19 de noviembre de 2019), en los que marcó 10 goles y repartió 18 asistencias. Luego, del 31 de diciembre al 1 de febrero del 2020, cuando sumó tantos en 11 cotejos, marcando en siete oportunidades, con otras 15 asistencias

Durabilidad de sus jóvenes
Los tres principales anotadores de los Oilers; Draisaitl, McDavid y Ryan Nugent-Hopkins, disfrutan del pico más alto de sus respectivas carreras, con un futuro inmenso por delante. Entre los tres, promedian 24 años de edad y se combinaron para 268 puntos y 20 goles, que sirvieron para darle la victoria a Edmonton.
En tal sentido, Habría que mencionar que, de no ser por la pandemia mundial que forzó la pausa del torneo, McDavid (97) y Draisaitl (110), se hubiesen podido convertir en la primera pareja de los Oilers en superar los 100 puntos en años consecutivos, desde que lo hicieron Wayne Gretzky y Mark Messier en 1987 y 1988.
A nivel defensivo, Edmonton también cuenta con un baluarte juvenil; Ethan Bear. A pesar de haber recibido poca atención en la discusión por el Trofeo Calder, entregado al mejor novato en la NHL, el jugador de 22 años, lideró a todos los debutantes en tiempo promedio sobre el hielo con 21:58 por partido, y fue regular durante la temporada, en la rotación principal de los Oilers, junto al veterano Darnell Nurse.
Bear, quien jugó 18 partidos para Edmonton al final de la temporada 2017-18, destacó en el campo de entrenamiento y la fe del entrenador Dave Tippett, fue recompensada con 21 puntos (cinco goles, 16 asistencias) en 71 juegos, además una notable madurez en su comportamiento en el hielo.
Lo mejor de todo es que la autoconfianza sigue en progreso, En 15 de los últimos 18 juegos, Bear ha disputado más de 22 minutos, incluyendo un máximo de la temporada de 27:40, contra los Winnipeg Jets, el pasado 11 de marzo.

Defensa descansada
A pesar que, a nivel colectivo, Edmonton no figuró entre los mejores equipos protegiendo su red, debido a un total de 215 goles permitidos (puesto 21) y un promedio de, 3.14 (casilla 15), existen varias individualidades que, tras la pausa, pueden servir como los motores principales, en la serie frente a Chicago.
Una de ellas, es Oscar Klefbom. El jugador participó en todas las situaciones de juego y su promedio de tiempo sobre el hielo de 25:25 minutos, fue el más alto dentro de las filas de Edmonton. Registró 34 puntos (cinco goles, 29 asistencias) en 62 juegos, la mayoría entre los defensores de los Oilers.
Otro caso fue el de Josh Archibald, quien, como delantero defensivo, estuvo en la unidad principal de Edmonton para eliminar penalidades, en las que marcó dos goles en situación de desventaja numérica (shorthanded), en adición a su notable labor protectora para respaldar a sus compañeros.
Archibald también registró 21 puntos (12 goles, 9 asistencias) en 62 juegos, igualando su mejor marca de la NHL en goles, la cual logró la temporada pasada como jugador de los Arizona Coyotes. Su calidad fue premiada por los Oilers, con un contrato de dos años, sin dudas, un hecho que puede servir como motivación adicional.
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Regreso de una pieza clave
Para acompañar a un núcleo joven, la gerencia de Edmonton, adquirió los servicios de James Neal, un atacante con experiencia de 12 años, nueve de ellos asistiendo a los playoffs, incluyendo en la 2017-18, cuando marcó seis tantos en el inolvidable estreno de los Vegas Golden Knights.
El 19 de julio, Neal llegó a los Oilers, luego de un cambio con los Calgary Flames por el delantero Milan Lucic y una selección condicional de tercera ronda en el Draft de la NHL 2020. La temporada pasada, Neal tuvo 19 puntos (siete goles, 12 asistencias) en 63 juegos, siendo la primera vez en su carrera, en 11 temporadas, que no marcó al menos 20 goles.
Neal volvió fuerte y anotó nueve veces en sus primeros ocho juegos en esta temporada, para registrar 31 puntos (19 goles, 12 asistencias) en 55 juegos. Detrás de los 16 tantos de Leon Draisaitl, Neal fue el segundo mejor anotador en situaciones de Power Play, con un total de 12 tantos marcados.
Ante los Chicago Blackhawks, los dirigidos por Dave Tippet, con 15 años de experiencia y un premio Jack Adams como el mejor entrenador de los entonces Phoenix Coyotes en 2010, contarán no sólo con la mejor dupla de la liga en McDavid y Drasaitl, sino también con el deseo de una generación de relevo que busca regresar a Edmonton, a lo más alto del hockey profesional.