"Vivimos juntos por dos años y se ha convertido en mi mejor amigo hasta la fecha", comento Austin. "Hablamos casi todos los días".
Durante sus días en la universidad, Ortega tuvo la oportunidad de jugar en los campamentos de desarrollo de los L.A. Kings, equipo al que apoyó toda su vida. A pesar de estar también entrenando con Pittsburgh y ser seguido por varios equipos alrededor de la NHL, ninguno le ofreció un contrato, lo cual lo obligó a buscar otras opciones para cumplir su meta de convertirse en profesional.
La decisión no fue muy complicada, después de recibir una llamada de los San Diego Gulls, el equipo filial de los Anaheim Ducks en la American Hockey League (AHL) para la temporada 2016-17.
"La época en San Diego fue increíble, por el solo hecho de jugar en casa", comento emocionado Ortega. "Había ocasiones donde mis padres me llevaban a los partidos".
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Viajando por Europa
Austin visualizaba jugar un rato en la AHL, pero poco después recibiría una oferta que no pudo rechazar de los Växjö Lakers en la potente liga de Suecia, considerada por muchos como una de las tres mejores del mundo. Ortega cumplió con tres goles y nueve asistencias, en 31 partidos, pero a mitad de la temporada, llegó otro equipo solicitando sus servicios, los Eisbären de Berlin en la Liga de Alemania.
Los "Osos Polares" pertenecen a la compañía AEG, también propietaria de los L.A. Kings, así que Austin sabía que contaba con una buena oportunidad para mostrar sus habilidades en su afán de eventualmente regresar a los Estados Unidos. Austin hizo lo suyo al terminar la campana 2019-20 con su cuota más alta de goles como profesional (18), añadiendo además 22 asistencias.
"(Berlin) es una maravillosa ciudad, los fans están locos por el equipo y hay muchos estadounidenses viviendo ahí", comento el sudcaliforniano. "Mi meta siempre fue el seguir abriendo los ojos de los cazatalentos".