Hay duelos clásicos en la NHL, y después están los encuentros entre Sidney Crosby y Alex Ovechkin.

Dos futuros miembros del Salón de la Fama enfrentándose cara a cara. Y aunque ambos están en el ocaso de sus impresionantes carreras, la producción de ambos no va acorde con ese concepto.

La edad es sólo un número, dicen por ahí, pero ciertamente Crosby (38 años) y Ovechkin (40) están llevando esa idea a otro nivel.

De allí que cuando los Penguins y Capitals se enfrentaron el jueves en la PPG Paints Arena, todos los reflectores estaban sobre las dos superestrellas. Uno, aun fresco de su gol número 900 de por vida, con lo que sigue ampliando su ventaja como el máximo goleador en la historia de la liga, ante otro que está teniendo un inicio de campaña de ensueño, y que despierta el viernes como colíder de tantos anotados en la NHL.

WSH@PIT: Crosby anota en Power Play

En el capítulo 99 de esta rivalidad histórica, fue el capitán canadiense de los Penguins quien se llevó los honores principales, liderando a su equipo a una victoria por 5-3 que fue mucho más sufrida de lo que el marcador final sugiere. Crosby no esperó mucho para dejar su marca.

Apenas a los 2:22 del primer período, aprovechó un Power Play para batir al portero Charlie Lindgren con un disparo de muñeca, tras una jugada armada por Ben Kindel.

Minutos más tarde, nuevamente con la ventaja numérica, Crosby demostró por qué sigue siendo élite cerca de la pintura, capitalizando un rebote para el 2-0. Con ese tanto, su sexto en Power Play esta temporada, llegó a 11 goles en apenas 15 juegos. Es una estadística que desafía la lógica: a sus 38 años, Crosby comparte el liderato de goles de la liga con el novato de los Anaheim Ducks, Cutter Gauthier, de apenas 21 años.

El dominio de Pittsburgh parecía absoluto cuando Anthony Mantha extendió la ventaja a 3-0 al inicio del segundo período. Sin embargo, estos Capitals, liderados por un Ovechkin que venía de hacer historia con su gol 900 la noche anterior ante St. Louis, no iban a desaparecer tranquilamente.

El astro ruso, aunque no anotó, fue fundamental en la reacción, asistiendo en el gol de Dylan Strome que inició la remontada. Washington inclinó el hielo, y tras un gol anulado a Ryan Leonard por fuera de juego, Rasmus Sandin y Tom Wilson anotaron antes del segundo intermedio para empatar sensacionalmente el partido 3-3.

Para Pittsburgh, el escenario era peligrosamente familiar. Apenas el lunes, habían desperdiciado una ventaja idéntica de 3-0 ante Toronto para terminar perdiendo. Los fantasmas de ese colapso rondaron el vestuario local durante el segundo intermedio.

"Desafortunadamente, tuvimos algo de experiencia con esto recientemente", admitió Bryan Rust sobre perder la ventaja de tres goles. "Pero creo que ser capaces de entrar aquí después del segundo, reagruparnos un poco y decir: 'Oye, necesitamos ser mucho mejores', nuestro manejo del disco necesitaba ser mucho mejor, y pensé que fuimos mejores en el tercero y pudimos encontrar una manera".

WSH@PIT: Crosby conecta de primera y anota

Esa "manera" llegó, una vez más, a través de los equipos especiales. Mientras Washington se fue de 0-3 con la ventaja numérica, Pittsburgh fue letal, terminando de 5-3. Fue precisamente en un Power Play en el tercer período cuando Rust desvió un pase de Evgeni Malkin para el 4-3 definitivo, antes de que Connor Dewar sellara el resultado con un gol a puerta vacía.

El entrenador de Pittsburgh, Dan Muse, destacó la madurez mental de su grupo para no desmoronarse. "Crédito a los chicos. Estuvimos en esta situación hace tres días. Hubiera sido muy fácil para este grupo ceder, jugar con miedo. Pensé que salimos en el tercer período e hicimos las cosas que necesitábamos hacer para ganar el juego".

En la portería de los Penguins, Arturs Silovs fue clave para detener la hemorragia cuando Washington presionaba, terminando con 28 salvadas. Del otro lado, el entrenador de los capitalinos, Spencer Carbery, lamentó la falta de urgencia inicial de su equipo:

"Tienes que darte una oportunidad de luchar para entrar en el juego. Simplemente fallamos en hacer eso esta noche".

A pesar de la derrota, la noche tuvo su momento emotivo cuando la afición de Pittsburgh, en un gesto de clase pura, le dio una ovación de pie a Ovechkin en reconocimiento a su histórico gol 900, demostrando que el respeto en esta rivalidad trasciende los colores de las camisetas.

Con esta victoria, los Penguins (9-4-2) llegaron a 20 puntos en solo 15 juegos, su inicio más rápido desde la campaña 2016-17, confirmándose como una de las sorpresas agradables de la temporada. Ahora, se preparan para un duelo de alto voltaje el sábado, cuando visiten a los New Jersey Devils en una batalla directa por la cima de la División Metropolitana, donde ambos equipos se encuentran empatados en puntos.

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