A nivel individual, el gol ante los Blues le permitió a Orr cerrar una de las mejores temporadas de todos los tiempos, pues en ese mismo torneo, fue reconocido como el mejor defensa de la liga ganando el trofeo Norris, lideró la NHL en puntos, también se llevó el Hart Trophy como el Jugador Más Valioso y finalmente el Conn Smythe como el MVP de los playoffs.
Sin embargo, cuando se cumplieron 50 años de aquel acontecimiento, Orr declaró para la cadena Sportsnet, que lo más especial de ese día "Fue haber ganado la Stanley Cup, el gol lo pudo haber hecho cualquiera y la emoción hubiese sido la misma". No obstante, el integrante del Salón de la Fama, agregó que existe algo de humor en torno al momento.
"Lo más gracioso es cuando Glen Hall (portero de St. Louis) me pregunta que si ése ha sido el único gol que he anotado en toda mi vida. Definitivamente fue algo especial, porque fue para terminar ganando y celebrando con todos los muchachos después de haber jugado muy bien como equipo"
Una imagen para toda la historia
El icónico episodio fue capturado por el fotógrafo del Boston Record-American, Ray Lussier, quien se colocó en posición después de que otro fotógrafo cediera su asiento junto a la pista para tomar irse a tomar una cerveza. En 1996, el gol, cuya fama se debe la foto de acuerdo a Orr, fue nombrado el momento más importante en la historia de la NHL.
Orr, quien militó diez temporadas con los Bruins tras firmar con el equipo a los 18 años, es considerado uno de los mejores jugadores de hockey de todos los tiempos. Es el único defensa que ha ganado el trofeo Art Ross como líder en puntos y es dueño de la marca de más unidades y asistencias en una misma temporada para un integrante de la línea azul. En 1979 volvió a hacer historia, al convertirse en la figura más joven en ser exaltada al Salón de la Fama, logrando la hazaña a la edad de 31 años.