Tavares

El 11 de diciembre John Tavares alcanzó un hito dorado. El capitán de los Toronto Maple Leafs llegó a los 1,000 puntos en su carrera de 15 temporadas en la NHL. Consiguió una asistencia ante su exequipo, los New York Islanders.

Este martes los Maple Leafs finalmente reconocieron la hazaña Tavares al celebrar una ceremonia en su honor previo a su juego frente a los New York Rangers en casa en la Scotiabank Arena. Como es de costumbre los mejores momentos se pudieron vivir en las redes sociales.

Para esta gran noche, el capitán fue acompañado por su esposa, tres hijos y sus padres en el hielo. Los Maple Leafs le obsequiaron a Tavares una pintura personalizada y un cheque de $25,000 para su fundación.

El referente de Toronto, Darryl Sittler, fue el encargado de presentarle a Tavares un bastón dorado conmemorativo y entregó versiones en miniatura de los bastones a sus hijos.

"Es realmente especial tener a mi familia formando parte de un hito como este, significa el mundo", expresó Tavares antes del juego. "Mucho detrás de escena a lo largo de mi carrera y mi vida, realmente, desde mis padres, mis hermanos, mi esposa, mis tres hijos, todo lo que sacrifican y contribuyen para que yo dé lo mejor de mí y pueda salir ahí y rendir, tener la oportunidad de compartir esto con ellos realmente significa mucho".

La noche de Luongo

Dentro de la historia de los Vancouver Canucks, Roberto Luongo sin duda ocupa un lugar privilegiado. El portero que fue exaltado al Salón de la Fama del Hockey en 2022, es el primero en la lista histórica de los Canucks en victorias (252) y blanqueadas (38), y ocupa el segundo lugar en promedio de goles en contra (2.36) y porcentaje de salvamento (.919).

El jueves pasado ante de su cotejo frente a los Florida Panthers, Vancouver inmortalizó personalmente a su legendario guardameta al hacerlo un miembro de su Ring of Honor (Círculo de Honor).

"Cada recuerdo maravilloso que tengo ocurrió justo en este hielo", dijo Luongo a la multitud en la gradas Rogers Arena que lo recibió correando su apodo, "Luuu", durante todo el tiempo.

Luongo fue acompañado al hielo por sus excompañeros Daniel Sedin, Henrik Sedin y Cory Schneider, junto con su esposa de Luongo, Gina, y sus hijos Gabriela y Gianni.

"Al ingresar a la liga como portero joven, no podría haber pedido una mejor influencia, mentor y compañero de equipo. Tiene un estilo único, un toque único, algo que nunca podría imitar ni desear hacer", contó Schneider elogiando a su a su excompañero.

Los jugadores actuales de los Canucks llevaron el número 1 y el apellido de Luongo en sus camisetas durante el calentamiento. Luongo estaría acompañado por su familia para realizar la caída del disco ceremonial entre el portero de los Canucks, Thatcher Demko, y el portero de los Panthers, Sergei Bobrovsky.

Un gran regalo

El martes Alex DeBrincat de los Detroit celebró su cumpleaños número 26 haciendo lo que mejor sabe hacer, jugando hockey. Y para el partido que jugaría ante los Anaheim Ducks, el alero derecho tendría un invitado especial que lo ayudaría a celebrar, su hijo de un año Archie.

El pequeño tenía un letrero que decía: "¡Feliz cumpleaños, papá!". Estaba firmado como "Archie" con un corazón junto a su nombre.

DeBrincat patinó hacia su familia durante el calentamiento para reconocer el letrero con una gran sonrisa en su rostro, lo que, por supuesto, hizo que Archie también sonriera de oreja a oreja. El atacante luego anotó dos veces en el juego y alcanzó su punto número 400 en su carrera en la NHL.

La magia de Mrazek

El domingo Petr Mrazek mostró que es un maestro con el bastón y presentó otra candidata para la salvada del año.
Durante el tercer periodo del juego del domingo contra los Canucks, el portero checo de los Chicago Blackhawks tuvo que estirarse a través del área de la portería para realizar una parada extraordinaria.

Después de detener un Slap Shot de Brock Boeser, delantero de Vancouver, Mrazek perdió el control del rebote, lo que llevó a un segundo disparo consecutivo a puerta, esta vez del delantero de los Canucks, Nils Hoglander. Mrazek se mantuvo firme y se estiró hasta el otro lado de la portería para despejar el disco con la punta de su bastón.

Aquí la joya de salvada.

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