ANA DET John Gibson

Con el inicio de los campos de entrenamiento 2025-26 programados para mediados de septiembre, desde el 1 de agosto NHL.com examina a cada club con su serie 32-in-32. Desde análisis de plantillas hasta perfiles de jugadores clave, ofrecemos una radiografía de las 32 franquicias de la Liga.

Hoy: Detroit Red Wings.

Sin necesidad de gritarlo a todo pulmón, pareciera que puede escucharse un pensamiento único con el que cada aficionado de los Detroit Red Wings puede identificarse: “Ya es hora”.

Después de nueve temporadas consecutivas sin poder clasificar a los Playoffs de la Stanley Cup —luego de avanzar en cada una de las campañas desde la 1990-91— Detroit pasó por una profunda reconstrucción que pareció llegar a su final hace un par de años.

Sin embargo, el equipo no ha podido cortar la sequía, pese a terminar con un porcentaje de puntos de .555 y .524 en las últimas dos temporadas, respectivamente.

De nuevo, pareciera que ha llegado la hora de que el histórico equipo de los Red Wings vuelva a la fiesta de la postemporada.

¿Será este el año? Aquí, un análisis detallado del club de cara al campeonato 2025-26.

Cambios e incorporaciones notables

El Gerente General Steve Yzerman ejecutó una serie de "ataques quirúrgicos" para fortificar las áreas más vulnerables del equipo. El movimiento más significativo fue la adquisición del portero John Gibson desde los Anaheim Ducks a cambio del guardameta Petr Mrazek y dos selecciones del Draft. Este cambio representa un ascenso monumental en una posición donde el equipo ha carecido de estabilidad por años. Gibson, de 31 años, viene de una sólida campaña de recuperación con un porcentaje de salvadas de .912 y llega como el indiscutible Nro. 1.

Para complementar el talento y añadir la rudeza que faltaba, firmaron al veterano James van Riemsdyk, quien aporta una notable consistencia goleadora, y a Mason Appleton, un jugador de tamaño y tenacidad traído específicamente para hacer al equipo "más difícil de enfrentar" y reforzar la eliminación de penalidades. La defensa también recibió profundidad con la firma de Jacob Bernard-Docker.

Para hacer espacio, se despidieron del portero Alex Lyon (firmó con Buffalo), el defensa Jeff Petry (a Florida) y el extremo Vladimir Tarasenko, cuya decepcionante temporada de 11 goles terminó con un cambio a Minnesota. Críticamente, retuvieron al futuro miembro del Salón de la Fama, Patrick Kane, con una inteligente extensión de un año que maximiza su impacto ofensivo sin comprometer la flexibilidad salarial a futuro.

Jugadores clave

El destino de Detroit recae sobre los hombros de un grupo bien definido, comenzando por su motor principal, el "Núcleo de Cuatro":

Dylan Larkin (C): Como capitán y centro de dos vías del equipo, Larkin (70 puntos, 54.5% en faceoffs) establece el estándar de trabajo y liderazgo en el hielo.

DET@NJD: Larkin alcanza los 30 goles en la temporada

Lucas Raymond (AI/AD): Se consolidó como una estrella y el líder en puntos del equipo con 80. Su evolución como un generador de ofensiva de élite es clave para el ataque.

Alex DeBrincat (AD): Es el francotirador preeminente del equipo, liderando al club con 39 goles. Su capacidad para encontrar la red, especialmente en el Power Play (13 goles), es fundamental.

Moritz Seider (D): El ancla defensiva indiscutible. Es el caballo de batalla de la línea azul, promediando unos asombrosos 25:04 minutos de hielo por partido contra la máxima competencia.

Fortalezas

El arma más potente de Detroit es su Power Play de élite, que finalizó 4to en la NHL la temporada pasada con una espectacular tasa de conversión del 27.0%.

Bajo el mando del entrenador Todd McLellan, esa unidad fue incluso más letal, operando a un asombroso 30.2%, gracias al talento de distribuidores como Raymond y Seider, y finalizadores como DeBrincat y Larkin.

Además, en la parte alta de la alineación, cuentan con un talento ofensivo de primer nivel que puede competir con cualquier equipo, con cuatro jugadores capaces de producir a un ritmo de 70 puntos o más, dándoles la capacidad de ganar partidos de alta puntuación.

De su parte, la pareja defensiva de Moritz Seider y Simon Edvinsson también representa una fortaleza emergente, con el potencial de convertirse en una de las duplas más dominantes de la liga.

Área para mejorar

La principal debilidad del equipo es una catastrófica neutralización de penalidades. La unidad terminó en el puesto 32, última en toda la NHL, con una tasa históricamente pobre del 70.1%, la peor de la franquicia desde que se llevan registros. El análisis táctico reveló fallas sistémicas, como despejes fallidos y una mala cobertura del flanco débil.

Adicionalmente, la ofensiva en igualdad de condiciones (5 contra 5) fue sorprendentemente anémica, ubicándose entre las peores de la liga (29na en goles) a pesar del talento en el roster. Esto se debió a una incapacidad para generar oportunidades de alto peligro y ganar batallas frente a la red rival.

Principales prospectos

La joya de la corona del sistema es el defensa ofensivo Axel Sandin-Pellikka (17mo global, 2023), quien viene de una temporada histórica en la liga sueca y se proyecta como el futuro mariscal de campo del Power Play. Detrás de él, una ola de delanteros está tocando la puerta, incluyendo a Michael Brandsegg-Nygard (15to global, 2024), un alero potente y físico con un estilo listo para la NHL, y Carter Mazur, cuya tenacidad y motor incansable encajan perfectamente con la nueva identidad del equipo. El portero Trey Augustine, ganador de dos medallas de oro con EE.UU. en el Mundial Juvenil, es la gran esperanza a futuro en la portería.

El equipo avanzará a los playoffs si…

El nuevo portero John Gibson se convierte en un verdadero factor que marque una diferencia, proveyendo la estabilidad necesaria para detener las rachas de derrotas que han descarrilado temporadas pasadas. Avanzarán si el sistema del entrenador Todd McLellan logra una transformación radical en la desastrosa neutralización de penalidades, llevándolo al menos a la parte media de la tabla, y si el núcleo joven, liderado por Lucas Raymond y Moritz Seider, da otro paso colectivo hacia adelante, consolidándose como la élite que se espera que sean.

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