Diego Gutiérrez: Sangre mexicana en la élite juvenil

El pasado domingo 6 de abril quizás fue un día regular para cualquiera, pero para la familia Gutiérrez, representó una fecha especial. Y es que Diego, el hijo menor de Lydia e Iván, disputó la final del Campeonato Nacional de Hockey en la División 1 de la categoría Sub-16, logrando eventualmente alzar el título.

Diego selló la hazaña como parte del equipo Sub 16, de la escuela Shattuck St. Mary’s, misma institución que vio jugar a leyendas del hockey como Sidney Crosby y Jonathan Toews, ganadores de la Stanley Cup en tres oportunidades. Pero por encima de ello, el logro, sirvió para materializar un año de esfuerzo, recuperación y oportunidades.

Y es que meses antes de vivir tal alegría, tanto Diego como la familia Gutiérrez, tuvieron que superar el obstáculo de una lesión que sacó al joven del hielo, por un tiempo prolongado. “No es fácil, cuando te dicen que te vas a perder alrededor de tres mes y medio. Pero creo que eso me incentivó a valorar cada día, tomarme el proceso de rehabilitación de forma más seria, porque amo el hockey y quiero jugar todo lo que pueda”, señaló el joven sobre superar la adversidad.

La lesión, conocida en inglés como “Stress fracture” (fractura por estrés), también tuvo repercusiones emocionales. Pues ocurrió después de una temporada de 2024 en la que el joven sufrió la dolorosa derrota en la final del campeonato nacional de la categoría Sub 14 y además, se perdió el Campamento Nacional de Prospectos nacidos en el año 2009, organizado por USA Hockey.

Fue entonces cuando el apoyo tanto de Lydia como Iván Gutiérrez, desde su posición de padres, tomaron un carácter fundamental. “Me dolió, porque yo sé lo que significa para él estar fuera de acción”. Expresó Lydia. “Diego tuvo la madurez para entender que su rehabilitación se basó en descansar, en no hacer nada (risas) y eso quizás fue lo más difícil por tratarse de un niño de 15 años que viene de jugar todos los días, pero de verdad que fue sorprendente como pudo procesar todo”.

Las palabras de la señora Lydia, refuerzan el empuje de Don Iván Gutiérrez como padre. “Nunca hemos hablado del futuro, de NHL, de las cosas lejanas. Lo que siempre hemos hecho es abrir todas las ventanas de apoyo para que Diego pueda tener la oportunidad de luchar por sus sueños, sin dejar a un lado, el objetivo de ser un buen ser humano, porque al final queremos que sea un profesional de la vida”.

Un nuevo y mejor comienzo

El panorama para la temporada 2024-25, empezó con un proceso de rehabilitación que privó al joven Gutiérrez de hacer las evaluaciones (Tryouts) para el equipo Sub-15 de Shattuck St. Marys. No obstante, el haber liderado a todos los defensas de la División 1 con 78 puntos en la categoría sub-14, en adición a una entrega total en cada práctica, generó la confianza de los entrenadores y tanto Diego como su familia, recibieron una noticias quizás inesperada, pero por seguro, muy positiva.

“No pudo hacer las pruebas, pero nos llaman y nos dicen que lo iban a promover a la categoría Sub-16”, contó Iván Gutiérrez. “En medio de la emoción, yo les pregunté la razón y el entrenador me dijo que sabían el valor que tiene Diego tras verlo jugar el año pasado, siendo motivo suficiente para elevarlo de categoría”. Agregó un orgulloso papá, sobre el momento.

Diego, recuperado de su lesión, respondió a la confianza de sus entrenadores promediando casi un punto por partido, gracias a 43 unidades en 48 encuentros, a pesar de jugar con chicos un año mayor que él. “Definitivamente fue algo que me ayudó mucho porque, ese año de diferencia se traduce en una velocidad e impacto mayor. Por eso, creo que me motivó a esforzarme con más frecuencia y enfoque”, explicó el joven Gutiérrez.

El año del defensa, sirvió para ayudar a la escuela Shattuck St. Marys al primer lugar del Ranking Nacional de la Categoría Sub 16. Con tal posición, el equipo llegó a la ciudad de Madison, Wisconsin, siendo el enfoque del resto de los programas que participaron en la competencia.

“A veces puede ser duro, pero siempre he tratado de bloquear todo el ruido que puede haber allá afuera. Yo quería jugar para Shattuck y hacerlo de la mejor forma.” Señaló el joven Gutiérrez, quien en seis partidos, sumó tres puntos, además de ser una muralla defensiva para ayudar a su equipo a ganar el Campeonato Nacional, ése mismo título que un año antes le fue esquivo.

La tristeza de 2024 se transformó en alegría en 2025. “Verlo ganar, saber que le fue bien en su temporada, después de haber superado todo lo que le tocó, de verdad que brinda una satisfacción extra”, señaló entre emociones, Lydia Gutiérrez, quien agregó que “Desde que era un niño pequeño siempre lo he admirado por su determinación y ahora lo admiro más”.

NTDP: Un club exclusivo

Detrás de un logro nacional y prestigioso en lo colectivo. Diego Gutiérrez y su familia vivían discretamente con la posibilidad de algo soñado por cada jugador de hockey juvenil; ser seleccionado para el Programa de Desarrollo de USA Hockey. Y es que de los miles de atletas jóvenes que existe en Estados Unidos, sólo 46 tienen, reciben la invitación para participar en las evaluaciones.

La motivación de Gutiérrez, podría parecer inusual, pero sin dudas, efectiva. “A veces siento el que miedo, me hace jugar mejor. Se que hay mucha exposición allá afuera, muchas distracciones, pero el miedo de perder oportunidades, después de todo el trabajo, hace que bloquee todo lo malo para poder seguir adelante”.

Justamente fue esa motivación la que le permitió a Gutiérrez marcar la diferencia y sólo días después de haberse convertido en campeón nacional, Diego recibió la noticia que había esperado desde que comenzó a patinar en California a la edad de cuatro años: Ser seleccionado al equipo Sub-17 de los Estados Unidos, como parte del Programa de Desarrollo de USA Hockey.

“Para ser honesto, de verdad que aún no me lo creo”, fue la reacción de Diego Gutiérrez, en una conversación con NHL Español. El joven con humildad, fue apenas uno de los 11 defensas escogidos para integrar al equipo nacional compuesto por 23 atletas, que competirán en diversos torneos la próxima temporada, además de jugar en la United States Hockey League (USHL). “Muy emocionado, sé que tengo que hacerme más fuerte físicamente porque somos el grupo más joven y por ende, el reto es mayor”.

Del lado de Iván Gutiérrez, su corazón de padre, no guardó emociones. “No hay nada en la vida que te dé más satisfacción, que el poder ver el logro de tus hijos, eso lo celebras diez veces más que los propios. Yo creo que tanto Diego como mi esposa tomaron la noticia con más calma, pero yo sí puedo decir que lloré, se me salieron las lágrimas porque sé lo que significa, especialmente después de todo el esfuerzo que él ha puesto”.

De cara a su próximo capítulo y aunque no pierde la compostura, Diego está al tanto de que su logro, tiene una repercusión distinta. “Obviamente voy a estar jugando para el equipo de los Estados Unidos, pero, mi nombre en la parte de atrás de mi camiseta, tiene un significado especial, con raíces que me llenan de orgullo”, afirmo el joven sobre la importancia de su apellido, Gutiérrez, como representación de su sangre mexicana, ahora en lo más alto del hockey juvenil.