A pesar del ímpetu de Philadelphia, los Panthers demostraron por qué han levantado la Stanley Cup en las dos últimas campañas. A los 15:47 del segundo período, Couturier amplió la ventaja a 2-0 con un gol tras escaparse con el disco un golpe que parecía contundente. Sin embargo, los campeones, lejos de desmoronarse, respondieron. Cerca del final del episodio, Sam Reinhart anotó un gol en inferioridad numérica que cambió por completo el guion del encuentro.
La remontada de Florida se materializó a los 10:15 del tercer período. Aprovechando una penalización, el centro Sam Bennett empató el partido con un gol en Power Play, silenciando al público y poniendo a prueba la entereza de los Flyers.
"Salieron rápido, tuvieron mucho impulso para empezar el juego y nos presionaron bien", admitió Bennett. "Pensé que jugamos bien en el tercero, tuvimos un buen empuje y muchas oportunidades".
Fue en ese punto de inflexión donde emergió la nueva cara de los Flyers. A los 15:50, con menos de cinco minutos por jugar, el recién llegado estadounidense Trevor Zegras, presionado por dos rivales, aguantó un golpe y ejecutó un espectacular pase de revés. Allí apareció el capitán, Couturier, quien conectó un disparo imparable para el gol de la victoria. La jugada fue una sinfonía de talento y coraje.
"Siento que controlé el disco por un segundo e intenté leer la jugada, y dos tipos vinieron con fuerza", explicó Zegras. "Solo traté de quitarme el disco de mi bastón lo más rápido posible. Levantas la vista por una fracción de segundo, ves dónde están tus compañeros. Obviamente, si dos personas vienen hacia ti, alguien probablemente esté libre".
Esa valentía fue precisamente lo que celebró su nuevo entrenador. "Eso es lo que me gusta", sentenció Tocchet. "Sabes que te van a golpear y estás dispuesto a recibirlo para hacer una jugada. Es una jugada de alto nivel". Con Florida buscando el empate a la desesperada, Bobby Brink y Christian Dvorak sentenciaron el encuentro con goles a puerta vacía para el definitivo 5-2.
La actuación de Couturier fue histórica. Con dos goles y dos asistencias, fue el motor del triunfo, participando en cuatro de los cinco tantos. Este desempeño marcó la tercera vez en su carrera que registraba múltiples goles y asistencias en un mismo partido, algo que en los últimos 25 años en la franquicia solo los canadienses Claude Giroux y Mike Richards han logrado más veces.