"Ellos hicieron realmente un buen trabajo", admitió el entrenador principal de los neoyorquinos, Barry Trotz. "Pienso que intentamos unos 50 tiros esta noche, o algo así, y ellos nos bloquearon 21. Nuestros muchachos estaban preparando sus disparos y ellos lo impedían. Estaban comprometidos. Son un buen equipo defensivo".
Para reforzar este argumento, en los últimos tres encuentros de la serie, los Islanders apenas fueron capaces de anotar tres goles, y todos ellos en el Juego 6, el cual ganaron 3-2 en tiempo extra. En los otros dos fueron blanqueados, 8-0 en el quinto encuentro y 1-0 en el decisivo.
El Juego 7 acabó siendo un microcosmos de la serie en el rubro de tiros a gol. New York acabó con solamente 18 remates a portería, registrando cinco, seis y siete, consecutivamente, a lo largo del cotejo, pero ninguno sacudió la red custodiada por el portero Andrei Vasilevskiy.
Desempeño pobre en el Power Play
Con un aprovechamiento del 18.8 por ciento en ventaja numérica durante la temporada regular, los Islanders fueron en décimo mejor equipo de la liga con el hombre extra en la pista.
Y a pesar de que ese valor creció durante los playoffs, mostrando un incremento al 20.4 por ciento de efectividad, anotando 10 goles en 49 oportunidades de power play, esa cifra es un espejismo.
Durante la serie contra Tampa Bay, los Islanders se fueron 1 de 17 en conversiones en ventaja numérica y en el Juego 7, para acentuar las calamidades de los neoyorquinos, el único gol se genera cuando tienen un hombre adicional en el hielo, pero es anotado por el Lightning (shorthanded), un tanto muy pesado, pues fue el de la diferencia.