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La larga espera de 28 años para regresar a disputar la Final de la Stanley Cup, no terminó como la noble y ansiosa afición de Montreal quería, pues los Canadiens tuvieron la mala coyuntura de encarar a un equipo experimentado y armado en todas sus líneas, como el Tampa Bay Lightning.

La noche del miércoles se consumó la derrota de Montreal en el Juego 5 de la Final, tras un cerrado encuentro en el que Tampa Bay se impuso 1-0, evidenciando quizás uno de los problemas más claros durante esta serie, como lo fue la falta de gol de los Canadiens, que se unió a otros factores en la eliminación del equipo.
1.- Ofensiva sin poder
Es cierto que en las rondas previas Montreal tampoco se caracterizó por mostrar una ofensiva portentosa, pues de los 22 partidos que disputaron los Canadiens, solamente en dos llegaron a anotar cinco goles, pero en el resto, el equipo de la provincia de Quebec se las arregló para ganar partidos muy apretados.

MTL@TBL, J5: Vasilevskiy llevó al Lightning a la cima

Sin embargo, pese a no tener un ataque poderoso, en la serie contra Tampa Bay, Montreal pudo anotar como máximo tres goles ante el Lightning, en el Juego 3 y en el 4, el primero se perdió por marcador de 6-3 y el segundo se ganó por 3-2. Resto de los partidos, los Habs atinaron a marcar solamente dos goles, una cuota demasiado ínfima como para hacerle frente a los bicampeones.
Sin embargo, en palabras de Brendan Gallagher, delantero de Montreal, quedarse cortos en el intento ante Tampa no pasó por un tema de guardarse algo, existe cierto estado de tener la conciencia tranquila por dar un esfuerzo intenso todas las noches.
"Solo quiero agradecerle a mis compañeros- Cada uno de ellos dio todo lo que tenía cada noche durante los playoffs", comentó Gallagher tras el juego del miércoles. "Miramos a nuestro grupo, y es obvio que hay otros equipos más talentosos, pero no hay uno tan unificando como el nuestro. Hemos mostrado mucha resiliencia, este es el tipo de equipo del que quieres formar parte".
En los Juegos 1 y 2, Montreal solamente fabricó dos goles, uno en cada partido, en tanto que en el quinto, se fueron en blanco en ese rubro.
2.- Sensible bajón de Carey Price
¿Una inoportuna curva descendente o un rival de mayor calado? La teoría podría abarcar un poco de ambas, pero la realidad es que Carey Price mostró debilidades que ni por asomo tuvo en las rondas previas de la postemporada.

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Price registró un promedio de goles permitidos por partido (GAA) de 4.39 con .839 en porcentaje de salvadas, tolerando 13 goles en 79 tiros a lo largo de los primeros tres juegos de la serie. En cambio, su contraparte, y ganador del Conn Smyhte Trophy (al MVP de las Finales), Andrei Vasilevskiy, tuvo un GAA de 1.67 con .948 en porcentaje de disparos detenidos, admitiendo cinco goles en 97 tiros.
Es verdad que conforme avanzó la serie el nivel de Price regresó a lo que habíamos visto de él en las etapas previas de la postemporada, pero esa reacción llegó ya algo tarde. En el Juego 4 detuvo 29 de 30 remates a portería de Tampa, misma cifra que en el Juego 5, pero sus compañeros fueron incapaces de anotar para forzar a la prórroga.
"Es muy decepcionante, pero estoy decepcionado con el resultado. Nuestros jóvenes han adquirido mucha experiencia, pero en estos momentos es difícil proyectarse hacia el futuro. Vamos a descansar un poco para curar nuestras lesiones y volver al trabajo", comentó Price la noche del miércoles.
3.- Jugando con el corazón a tope, pero con el cuerpo herido
Solamente dos jugadores, unos de los más jóvenes del equipo, fueron capaces de sumar tres puntos en la serie contra Tampa Bay: Nick Suzuki (dos goles, una asistencia) y Cole Caufield (tres asistencias). Es altamente probable que lo hayan hecho porque no manifestaron lesión alguna.

Perry Caufield

Pero no fue el mismo caso de los veteranos, visiblemente ausentes en la producción ofensiva a lo largo de esta serie, pero no es que solamente fueran neutralizados por una especie de esquema defensivo o de un trabajo especial para limitarlos. Las lesiones, acumuladas a lo largo de los playoffs, los mermaron.
"Shea (Weber) estuvo lesionado del pulgar, (Jeff) Petry de los dedos, (Tyler) Toffoli tuvo una lesión en la ingle, Gallagher lo mismo y otras cosas" reveló Dominique Ducharme, entrenador principal de Montreal. "No sé si me estoy olvidando de otras cosas, pero muchos de mis jugadores estuvieron golpeados. Sangraron y pelearon, y lo hicieron con dignidad".
De los mencionados por Ducharme, se extrae una colaboración conjunta de apenas cuatro puntos por parte de esos jugadores veteranos, quienes de haber estado en plenitud de condiciones, aunque es un pensamiento demasiado optimista para quienes disputan una Final, la aportación pudo haber sido superior.
4.- Meterse muy tarde a la serie
Es verdad que no hay manera, cuantitativa, de medir cuán bien o mal juega un club, salvo pero si gana o pierde un juego, pero las sensaciones son ese innegable termómetro que permite palpar el pulso de un equipo.
Dicho esto, Montreal mostró una cara durante los tres primeros juegos de la Final de la Stanley Cup, etapa en la que se vio arrasado por Tampa Bay en un balance de 14-5 en lo que a goles anotados y recibidos se refiere, quedando de manifiesto el poderío y el desequilibrio entre ambos equipos.

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Sin embargo, aunque sea solo un paliativo, los Canadiens cerraron 3-3 en ese aspecto, ante el Lightning, mostrando una clara mejoría en muchos rubros, como la portería, las coberturas defensivas y el trabajo del cuidado del disco para no abrirle la puerta a un rival que perdona poco. Desgraciadamente para los Habs, esta mejoría llegó demasiado tarde, cuando la serie ya se hallaba 3-0 en su contra.
"Es difícil. Estábamos tan cerca, pero al mismo tiempo, demasiado lejos. Nos hubiera gustado terminarlo de otra manera. Estoy orgulloso de mis jugadores. Peleamos, nunca nos rendimos y mostramos mucho carácter. Demostramos que éramos un grupo unido", aseveró Ducharme.