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Mikel Ferrán Cobo ya era un jugador de hockey desde antes de tener uso de razón. Su primera experiencia patinando sobre hielo llegó apenas a los 18 meses de edad en una pista de la Ciudad de México, mientras que sus primeros goles llegaron poco después de cumplir los 3 años.

Él, de hecho, no lo recuerda, pero su papá guarda una cinta en video con ese primer partido, parte de un torneo en Monterrey donde tuvo que enfrentar a niños mucho mayores en la categoría 'mite' de 7 y 8 años.
"Era como una 'balita', así chiquita, moviéndome mas rápido que los demás", recordó emocionado Cobo. "Desde ahí supimos que era especial y le íbamos a dedicar tiempo, dinero y esfuerzo".
Mikel entró al hielo por influencia de su hermano mayor, quien ya jugaba desde los 3 años y ha sido parte vital de su desarrollo, fungiendo actualmente como su agente. Su padre, Antonio Cobo, jugó futbol en las fuerzas básicas del Real Madrid y tuvo un efímero paso por la Primera Division Mexicana, en las filas del ahora extinto equipo del Atletico Español.

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Cobo admite que su pasión por el hockey fue ciertamente una sorpresa, debido al pasado futbolero de su padre; sin embargo, el apoyo en su casa fue algo incondicional.
"Nuestros papás son nuestros fans número uno", mencionó el joven mexicano. "Ese simple hecho me hace trabajar al doble para hacerlos sentir orgullosos".
El primer capítulo en Estados Unidos
Mikel jugó en México hasta los 8 años, cuando su familia se dio cuenta que tenía que salir del país para elevar su nivel. Es entonces cuando se muda a Arizona junto con su madre y su hermano, con el apoyo y recomendación del reconocido entrenador ucraniano, Boris Dorozhenko, quien ha sido una importante influencia para muchos jugadores mexicanos.
"Era divertido jugar en México, pero buscaba competencia y no la encontraba", declaró Cobo. "Cuando llegó a Arizona, fue como sentir aire fresco".
El primer paso en su nueva casa fue formar parte de los Vosha Mustangs en la categoría AA, aunque poco después tuviera que mudarse a Dallas ya que su hermano consiguió jugar en AAA con los Ice Jets. En ese entonces Mikel debutó con los Stars Elite en la categoria de 9 y 10 años, donde tuvo la oportunidad de jugar contra hijos de importantes jugadores de la NHL como los de Joe Nieuwendyk y Stephane Robidas.

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Sin embargo, una emergencia familiar provocó que la familia Cobo tuviera que regresar a México, por lo cual Mikel tuvo que adaptarse para no dejar el deporte que ama. Fueron tres años jugando en una liga de adultos, aunque reconoce que su desarrollo bajó dramáticamente.
"Me acuerdo estar enojado y frustrado, yo sabía de mi potencial y el tipo de hockey que tenía", comentó Cobo. "Estuve enojado con la vida."
Los obstáculos siguen llegando
Mikel afirma que en su mente nunca existió duda de que volvería a Estados Unidos para perseguir sus metas. Algo que se cumplió cuando en 2016 regresó a vivir a Dallas. Sin embargo, los retos en el camino continuarían para él, en ese entonces siendo un adolescente de 14 años.
Su nuevo club en Estados Unidos fue la academia Texas Champions en la categoria AAA. Pero la ilusión terminaría temprano porque la institución resultó ser un fraude y los dueños terminaron huyendo con el dinero de las cuotas pagadas por los jóvenes jugadores.

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En ese momento, Mikel quedó sin equipo y aunque consiguió jugar y entrenar con un par de clubes locales, sin necesidad de pagar de nuevo, tuvo que volver a Mexico en 2017. Poco después, otro reto difícil llegó a su camino, al ser diagnosticado con diabetes tipo 1.
"Es un reto que Dios puso en mi camino", mencionoó Cobo. "Cada obstáculo que viene en mi camino, lo veo como una oportunidad en mi vida".
Superando los tragos amargos de los últimos años, el destino le daría a Mikel una tercera oportunidad al norte de la frontera, disputando 24 partidos y acumulando 7 puntos con los Dallas Snipers de la WSHL. Después de un paso breve por los Texas Roadrunners de la NA3HL, finalmente llegó su gran oportunidad para probar suerte en un nuevo estado.
California, aquí vamos
Su hermano hizo contacto con Rob O'Rourke, entrenador principal del Anaheim Avalanche de la USPHL Premier, quien tenía la intención de desarrollar jugadores y se interesó por el perfil de Cobo para su equipo. El mexicano disputó 18 partidos en la campaña 2020-21, acumulando seis puntos y mostrando su lado intenso con 12 minutos en la congeladora.
"Pienso que quedé en buen lugar con el equipo, estando en un rol de 'grinder' (jugador que prioriza el juego físico) en la tercera y cuarta líneas", declaró Mikel. "Como tengo dos años más de elegibilidad, me quieren de regreso".
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Cobo planea terminar sus dos últimos años jugando junior hockey y buscar un buen programa universitario, que aparte de jugar, le permita estudiar dercho o ciencias políticas. Poder destacar en sus próximos partidos con el Avalanche, lo pondría en una buena posición para lograr llegar a una escuela que juegue en la Primera Division de la NCAA.
"Mi prioridad es conseguir una educación, gracias al hockey", dijo Mikel. "Son muchos altibajos, pero vale la pena estar aquí (jugando) hockey".